Page 190 - linea bienestar y convivencia
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responsabilidad, además de cambio a graduados cognitivos de la percepción del acosador y
la víctima, lo que a la vez explica el por qué hay estudiantes que no son agresivos, pero
participan en forma pasiva también del acoso. (Olweus, citado por Cabezas, 2007, p. 128).
La segunda diferencia se genera por las razones que impulsaron a la agresión; para el caso
de las mujeres, en las razones dadas se evidencia la mediación de la provocación, mientras
que en los varones los motivos son variados, los que van desde el maltrato físico hasta por
el placer de la agresión.
Acciones de intervención frente a la agresión y la violencia escolar
En la presente categoría es importante reconocer una baja posibilidad de abordaje de
propuestas de intervención halladas desde los resultados de las investigaciones consultadas,
solo apenas visible en 34.9% de los documentos analizados.
Dichos hallazgos investigativos reconocen el interés en abordar el mejoramiento de la
convivencia escolar y el diagnóstico del clima escolar, como elementos centrales en la
prevención y atención de la agresión y la violencia escolar. Desde la percepción tanto de los
docentes como de los estudiantes, se describe prioritariamente una necesidad marcada por
mejorar el discurso y la metodología didáctica para la mejora del clima social del aula.
Los estudiantes reiteran estrategias para abordar situaciones problemáticas centradas en el
diálogo directo y el requerir ayuda por parte de externos, recurriendo generalmente a los
docentes. Lo anterior puede entenderse como una ausencia o deficiente habilidad para la
resolución de conflictos por parte de los estudiantes, lo que les exige recurrir a otros actores
para que intervengan en la resolución de conflictos.
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