Page 11 - Trastienda #31
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 REFORMA FISCAL
                      REFORMA FISCAL
 PARA QUE DEBEN SERVIR NUESTROS IMPUESTOS
POR JESÚSGONZÁLEZ Nuestros impuestos deben servir para garantizar una correcta y justa redistribución del ingreso nacional.
La Gran Depresión de los años 30´s, (así se le llamó a la crisis económica más grave por la que ha pasado el sistema económico en el que vivimos) puso de relieve una realidad, el sistema tiende a concentrar la riqueza, dejando a la mayoría con la menor parte del Ingreso Nacional; realidad que aún se extiende hasta nuestros días.
Las consecuencias no son buenas, ya que la población, al no tener dinero en sus bolsillos para consumir, no genera una demanda por satisfacer, por lo que los empre- sarios no están dispuestos a invertir y no se generan nuevas fuentes de empleo.
Para salir de este círculo vicioso, el Estado tiene que jugar un rol protagónico en la escena económi- ca, pues es la única institución que puede echar a andar la economía, al intervenir en la misma, a través del Gasto Público, cobrando impuestos que capitalicen la hacienda pública y permitan financiarlo.
De esta forma, la política fiscal (los impuestos) debe sirvir para redistribuir el Ingreso Nacional, por un lado, y por el otro reactivar el empleo, así como la economía en general.
En la actualidad, en México, se han venido aplicando varios impuestos, de entre ellos destaca por su flexibilidad, el IEPS (Impues- to Especial sobre Producción y Servicios) ya que igual se le puede aplicar a un Gansito, que a una aplicación del internet.
Este impuesto se ha aplicado en algunos productos de consumo generalizado bajo el argumento de que son “perjudiciales para la salud”, pretendiendo inhibir su consumo al elevar sus precios y, con esto promover un país con “hábitos de consumo saludables”; asumien- do que a través del “castigo al bolsil-
lo” se conseguirán dichos objetivos. Sin embargo, privilegiar el castigo sobre la razón, no genera cambio de hábitos en el individuo, ya que, bajo el principio de psicología inversa, lo que se prohíbe, se promueve y,
termina por consumirse más.
Observemos el siguiente ejemp- lo. Imaginemos (cualquier coinci- dencia con la realidad es real) que se aplica un Impuesto (IEPS) a los gansitos y productos similares a estos, aumentando su precio. Lo anterior podría reducir la venta de los mismos, pero ¿qué haría usted en esta situación? Seguramente dejaría de comprar gansitos, pero no dejaría de consumir otro tipo de pastelitos; buscaría un sustituto cuyo precio estuviera a su alcance, sin importarle si este producto tiene control de calidad en su elaboración. De manera similar pasa con los cigarros, los refrescos, etc., dando lugar a la aparición de un mercado de productos informales, ilegales y “piratas” sin ningún control sanitario y que desde luego no pagan impuestos.
Para modificar éstos malos “hábi- tos de consumo”, es necesario cambiar los gustos y preferencias del consumidor, para ahora sí, bajar o reducir la demanda de dichos productos cuyo consumo es exce- sivo.
Esto se consigue más bien a través de razonamientos que convenzan a la población de la necesidad de cambiar y no con aumentos de precios; es decir, se trata de migrar de un consumo excesivo de Gansitos a un consumo equilibrado que incluya frutas, verduras y proteínas y no de susti- tuir al Gansito por una empanada de cajeta.
Es por lo que estos impuestos, su verdadera vocación es recauda- toria, más que persuasiva, terminan
por minar el poder adquisitivo, reducir la calidad de consumo y no, sin conseguir los objetivos por los que fueron creados.
De ahí que en distintos foros se haya planteado la importancia de que, así como en el terreno macro- económico, es importante dar certeza a los inversionistas en variables tales como inflación, precio del dólar, tasa de interés, etc., en la microeconomía sería importante dar certeza en los precios de una canasta básica de productos y servicios, de primera necesidad tales como el frijol, torti- lla, huevo, transporte, luz, gas, entre otros; de forma tal que el ingreso de los individuos tengan la capacidad de adquirirlos.
Los Pequeños Comerciantes estamos conscientes que, de la salud económica de nuestros clien- tes, depende nuestra sobreviven- cia. Por eso, estamos abocados a cuidar su poder de compra.
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          ENERO 2020_TRASTIENDA_ 11
IVA
IEPS
OTROS











































































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