Page 105 - Como mariposas a la luz
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Nuestro cerebro, programado para evitarnos el dolor, a veces, nos evita evolucionar,
“volar” porque así no sufrimos, pero nos perdemos la evolución, ser fuertes, volar, y
ver el mundo, desde otra perspectiva.
Es inevitable, sentir dolor ante el cambio, el avance, porque en desaprender, en
olvidar, en cambiar… hay mucho de duelo personal.
El premio… Volver a ser otra cosa, redescubrirnos, y quizás, volar por encima de
todo…
“SI TU CAMBIAS… TODO CAMBIA”
© 2016 Jordi Llonch 100