Page 30 - Como mariposas a la luz
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El último gran hombre



                  A modo de título de película escribo este artículo que perfectamente podría empezar

                  de igual modo que estas “Cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia”….


                  ¡Pero no sería verdad! Toda empresa acaba siendo un reflejo de la sociedad puesto

                  que es una pequeña sociedad en sí misma y en la misma, se reflejan las mismas

                  personalidades, actitudes y comportamientos dominantes a cada momento. Hoy en
                  las empresas, a réplica del mundo de la Política, se implantan de manera dominante

                  los individuos seguidores cuya labor se traduce en seguir normas, preguntar y en que

                  si no está escrito, ¡no es posible! A modo de plaga se multiplican entre ellos mismos

                  llegando a dominar el “hábitat” de una manera peligrosa para la supervivencia del
                  mismo con lo cual se convierten en una “arma de destrucción masiva”.



                  En el otro extremo se sitúan aquellos que hoy están en minoría, cuya “visión” es la
                  de tener criterio, arriesgar, opinar y sobre todo, aportar nuevas y revolucionarias

                  maneras, lo que les convierte claramente en un depredador de los anteriores. En mi

                  larga  experiencia  he  conocido  muchísimos  de  los  primeros,  de  esos  que  la
                  supervivencia es para ellos su principal objetivo, de los que lo más peligroso no era

                  su evidente falta de ideas y si la fe que ponían en la única que tenían. Esos que no

                  hacen crecer a nadie más allá de su propio currículum, que llenan de novedades

                  implantadas que son como rotondas que siempre acaban en el mismo sitio. Y también
                  he conocido alguno de los segundos, gente con ideas que son capaces de exponer

                  más  allá  de  opiniones,  riesgos  y  encuestas,  lo  que  les  convierte  en  auténticos

                  desactivadores de bombas de destrucción masiva que son los primeros y en motor

                  de avance de dichas empresas aunque ello en clara contradicción, suponga frenar su
                  propio avance, puesto que generan continuos seguidores, pero grandes detractores.

                  En mi última etapa en “la jungla de cristal”  vi la sucesiva desaparición de éstos,

                  absorbidos por la plaga devoradora de criterio, personalidad y desprecio al riesgo.
                  Incluso  acaba  anidando  en  la  mente  de  todos,  al  punto  que  a  veces  se  juzgan







                  ©  2016 Jordi Llonch                                                                 25
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