Page 18 - adiestrar-la-mente
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aspecto de la sabiduría del camino.
Verso 1
Pensando en que todos los seres sentientes
son aún más valiosos que la joya que colma los deseos,
con el fin de alcanzar el supremo propósito,
pueda yo siempre considerarles preciosos.
Estas cuatro líneas tratan del cultivo del amor hacia todos los seres sen-
tientes. Lo que recalca principalmente este verso es que se debe desarro-
llar una actitud que permita considerar a los demás como seres preciosos,
como si de joyas preciosas se tratara.
Se podría preguntar: "¿Por qué necesitamos cultivar el pensamiento de
que los demás seres sentientes son tan preciados y valiosos?". En cierto
sentido, podemos decir que los demás seres sentientes son realmente la
fuente principal de todas nuestras experiencias de alegría, felicidad y pros-
peridad, y no sólo en lo que se refiere a nuestro trato cotidiano con otras
personas. Podemos ver que todas las experiencias deseables que aprecia-
mos o aspiramos a obtener dependen de la cooperación y la interacción
con otros seres sentientes. Es un hecho evidente. Del mismo modo, desde
el punto de vista de un practicante del camino, muchos de los elevados ni-
veles de logros que se adquieren y el progreso que se obtiene en el viaje
espiritual dependen de la cooperación y de la interacción con los otros se-
res sentientes. Además, en el estado resultante de la budeidad, las activi-
dades realmente compasivas de un buda sólo pueden surgir espontánea-
mente y sin esfuerzo alguno en relación con los seres sentientes, pues son
ellos los recipientes y beneficiarios de esas actividades iluminadas. Así
pues, no es difícil comprender que los demás seres sentientes son, en cier-
to sentido, la verdadera fuente de nuestra alegría, prosperidad y felicidad.
La alegría y las comodidades básicas de la vida, como la comida, el cobi-
jo, la ropa y las compañías, dependen de otros seres sentientes, y lo mis-
mo ocurre con la fama y el renombre.
Nuestro confort y seguridad dependen de las percepciones que otras per-
sonas tengan de nosotros y del afecto que sientan por nosotros. Es casi co-
mo si el afecto humano fuera la base misma de nuestra existencia. Nuestra
vida no puede empezar sin afecto y nuestro sustento y crecimiento adecua-
dos, etc., depende de él. Para adquirir una mente serena, cuanto mayor sea
el afecto que sientas por los demás, mayor será tu satisfacción. Yo creo que
cuando más te interesas por los demás, más positivo es el aspecto de los de-
más que aparece ante ti. Se debe a tu propia actitud. Por otra parte, si re-
chazas a los demás, éstos aparecerán ante ti mismo de un modo negativo.
Otra cosa que tengo clara es que, cuando piensas sólo en ti, se estrecha
el punto de mira de tu mente y, debido a este enfoque estrecho, las cosas
16 desagradables se magnifican y te dan miedo, te hacen sentir incómodo y te