Page 31 - adiestrar-la-mente
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P. Su Santidad ¿cómo han de trabajarse las emociones negativas?
               R. Primero, creo que es muy importante habituarse a reconocer con cla-
            ridad el carácter destructivo de las emociones aflictivas. Si comprendes es-
            to de un modo directo y profundo, es muy probable que, cuando surjan las
            emociones negativas, tengas cierta repugnancia a actuar, y eso es muy dis-
            tinto. Segundo, las emociones negativas se basan a menudo en razones ar-
            tificiales. Si es éste el caso, intenta contemplar las cosas desde otro ángu-
            lo; verás la diferencia. Cuando examinas la naturaleza de las emociones,
            descubres que éstas se encuentran en muchas ocasiones enraizadas en al-
            gún tipo de proyección que tu mente ha creado con respecto a un aconte-
            cimiento o persona, y es posible que esa proyección no tenga fundamento.
            Si examinas la razón subyacente, podrás llegar a contrarrestar las emocio-
            nes negativas. Tercero, cuando la emoción negativa ha llegado a dominar-
            te por completo, cuando la sientes con todas sus fuerzas, debes intentar
            apartar la atención o la concentración de la percepción de la emoción pro-
            piamente dicha. Éste es uno de los mejores modos de disminuir la intensi-
            dad de la emoción.

               Su Santidad, ¿por qué se consideran a los animales como seres sen-
            tientes inferiores a los humanos? A mí me parece que, aparte de la forma,
            son iguales a nosotros.
               Sí, es cierto. Por eso, en lugar de hablar de humanidad hablamos de se-
            res sentientes.  Todos los seres son iguales. Los humanos, las deidades
            mundanas, los insectos, los animales, todos son igualmente seres sentien-
            tes, todos tienen experiencias similares. No obstante, existe una diferencia
            en lo que respecta al cerebro. A mi entender, nuestra capacidad para anali-
            zar es mayor y, desde este ángulo, consideramos que el cuerpo humano es
            más valioso. Una vez hemos comprendido que nuestra inteligencia es más
            valiosa, debemos comprender asimismo que nuestra responsabilidad es
            también mayor. ¡Cuida de estos otros seres en lugar de utilizarlos!

               Su Santidad, ¿qué tipo de meditación recomendaría usted a una per-
            sona laica que desea seguir el camino del Buda?
               De hecho, no hay mucha diferencia entre los monjes y los laicos. Yo
            creo que el camino básico budista es el mismo. Estudia las Cuatro Nobles
            Verdades y los Doce Vínculos de Originación Dependiente. Primero estu-
            dia, estudia.
               Cuando digo que estudies, no me refiero sólo a coger libros, leerlos y
            ya está. Podemos leer libros para adquirir información, lo que es, por su-
            puesto, el principio, las bases del pensamiento, de la contemplación o la
            reflexión. En los niveles de comprensión budista, se dice que ésta es la
            comprensión basada en la simple escucha. No es la adecuada, no es sufi-  29
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