Page 30 - PENTATEUCO

PENTATEUCO
diseño, o instrucciones exactas, para su construcción y dotación. El Tabernáculo era rectangular de 13.50 m de largo aproximadamente, por 4.80 de ancho y 4.50 de alto. Estaba con 48 tablas cubiertas de oro, paradas y sujetas en bases de plata las tablas iban unidas por medio de cinco barras que se extendían a lo largo del tabernáculo, Cuatro de las barras pasaban por los anillos exteriores de las tablas, la quinta pasaba por medio de las tablas de un extremo a otro y no podía verse. La arena del desierto no era una base sólida para erigir el tabernáculo y, por consiguiente, se hicieron dichas bases.
EL MOBILIARIO DEL TABERNÁCULO (ÉXODO 37:1)
EL ARCA DEL PACTO (ÉXODO 25:10–22) El Arca era el mueble más sagrado del Tabernáculo. Era un mueble de madera de acacia cubierto por dentro y por fuera de oro puro. Aquí guardaban los hebreos una copia de los Diez Mandamientos,
Las tablas de la ley, La vara de Aarón, La vasija con Maná. Esto resumía todo el contenido del pacto. El arca era de 1.14 m de largo por 0.70 m de ancho y alto. Simbolizaba la presencia de Dios, el lugar donde se reuniría y hablaría con Moisés. El propiciatorio era la tapa del arca, una plancha de oro macizo, con dos Querubines, eran seres angélicos asociados al cuidado y la protección del trono de Dios, colocados frente a frente en cada extremo. Simbolizaba el trono de Dios. En ocasión del sacrificio expiatorio, el sacerdote rociaba sangre sobre y frente al propiciatorio (Levítico 16:14, 15).
LAVACRO DE BRONCE (ÉXODO 30:17–21)
Los sacerdotes venían aquí a lavarse. Debían entrar puros a la presencia de Dios. El lavacro estaba hecho de bronce y se colocaba entre el Altar de bronce y el lugar Santo.
No sabemos ni la forma ni el tamaño, ni tampoco sabemos cómo era llevado durante la marcha, El lavacro nos habla de Cristo, la palabra viviente. El agua del lavacro nos habla de la palabra escrita. El Altar es para pecadores en cambio el Lavacro es para los sacerdotes y tiene que ver con su separación para entrar en el Santuario con el fin de adorar.
Los sacerdotes en el día de su consagración inicial, fueron llevados a la puerta del Tabernáculo y lavados completamente por Moisés (Éxodo 29:4 Levítico 8:6), después de esto se lavaban las manos y los pies, diariamente, antes de entrar a ministrar en el lugar Santo.
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