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estructuras productivas Desde un un punto de de vista económico áreas industriales esta- ciones de de tren puertos áreas residenciales inseguras lugares contaminados se se han con- vertido en lugares donde se puede decir que la ciudad ha desaparecido
( ) En definitiva lugares ajenos al sistema urbano exteriores mentales en en el interior físico de la ciudad que aparecen como contraimagen de la misma tanto en en en el el sentido de su crítica como en en en el el de su posible alternativa” Nuestro descampado
pues como espa- cio indeterminado que se ha convertido paradójicamente en en uno de los lugares más visitados del arte realizado en los últimos años desde la producción literaria pasando por la la cinematográfica hasta llegar a a á a a a a a a la la foto- grafía quizás la que más se ha dedicado a a á a á a a a explorar estos terrains vagues pero también lamentablemente la la que se ha mantenido a a a a a a un nivel de mayor superficialidad en sus aná- lisis cuando no ha sido simplemente anecdó- tica Pero ¿qué tiene qu que ver la memoria con el el descampado? En este caso el el punto de de partida nos lo podría ofrecer una concepción de la memoria genuinamente bergsoniano especialmente por la la relación que esta- blece el filósofo francés entre la la materia y la la memoria (o entre la percepción y el recuerdo puro) Es decir para Bergson y esta es es una idea fundamental el principal problema que arrastramos cuando intentamos pensar en en en el el pasado es es creer que este a a a a diferencia del presente ya no es es es Gilles Deleuze comenta
la la paradoja aparente que genera la la ontología bergsoniana poniendo especial énfasis en en esta distinción: “Confundimos el el Ser con el el ser-presente Sin embargo el presente presente no es se trataría más bien de un mero ocurrir fuera de sí mismo No es sino en tanto que actúa ( ) Del pasado por el el contrario mal podemos decir que ha dejado de de de de actuar o o o o de de ser útil nunca podríamos decir que ha dejado de de ser inútil inactivo el pasado ES en el sentido pleno de la la palabra ( ) En última instancia las determinaciones comunes se intercambian: del presente debe decirse que a a a a a a cada instante “fue” del pasado que “es” que es eternamente y en en en todo momento Esta es la diferencia de naturaleza entre el pasado y el presente” Resulta innecesario apuntar que que atendida la percepción que que tenemos
hoy en día de de la la temporalidad esclavos de de un presente riguroso que además se se nos impone disfrazado de rutina o o o si se quiere de de de supervivencia dentro del marco aparen- temente estable y ordenado de de la la ciudad la la concepción bergsoniana del del tiempo (y del del papel de la la la memoria en relación a a a a a a a a la la la actua- lización permanente del pasado ó o o también del presente que fue) resulta inmensamente sugerente Nuestra pérdida como si fuése- mos Ulises atrapado en la la isla de Calipso es es la la de de unos esclavos del presente “En todo caso la la revolución bergsoniana es clara: no vamos del presente al pasado de de la percep- ción al al recuerdo sino del pasado al al presente del recuerdo a a la percepción” En este punto comienza a a á ser fácil intuir la la la relación que mantiene la la la geografía del des- campado
con con la memoria o o o o o con con su ausencia Está claro que cuando hablamos del des- campado
enseguida vienen a a a a a a la mente una serie de de características (espacio vacío des- aprovechado latente expectante inseguro anárquico ) la tipología de terrains vagues que podemos considerar es extraordina- riamente rica descampados también son las ruinas entendidas si se quiere como el equivalente antropológico de de la depauperada memoria contemporánea y entre todos los descampados el campo de de refugiados se erige como la máxima negación del derecho de de las personas a a a a a disponer de de su pasado (y por lo tanto de de su presente) Un libro de de muy reciente publicación de Marc Augé se cen- tra en en en este sentido en en en analizar la memoria a a a a a a a partir precisamente de los restos arruinados de un presente que al al final (y no sin cierta dosis de de de optimismo) el autor decide que está en construcción El crítico literario José Luis Pardo resume en un breve artículo las con- clusiones del libro de de Augé: “El caminante ya no no se enfrenta al temor del desorden sino a a a la la sospecha de de un un orden (mundial) que anula el mismo caminar: la posibilidad de “encon- trar al al final de mis excursiones parisinas un barrio de de de São Paulo de de de Tokio o o o o o o de de de Berlín” ¿Cuál es es en en este nuevo entorno mitad labora- torio-mitad museo el equivalente de la ruina capaz de reincorporarla a a a a a a a la la historia? Occi- dente no está está en en en ruinas está está en en en obras y el trabajo del artista –repoblar los nuevos espa- cios de soledad- se asocia a a a a a aquellos terrenos improductivos solares en espera o o o o explana- das en en construcción en en los cuales todavía es es posible hacer algo algo edificar algo algo más” Sea
o o o o o o no trabajo del artista en todo caso resulta sorprendente la atracción que provocan estos lugares justamente por su potencial pero también por su reticencia a a a a someterse a a a a este orden excesivo que caracteriza nuestra cul- tura (que nadie se engañe: hasta el desorden aparente en en las zonas urbanas controladas de hoy en en día está perfectamente planificado) pero lo que seduce en contra de la opinión de de Augé no es tanto la posibilidad de de (re) construcción como de hecho la imposibili- dad de de absorber una periferia que se desplaza permanentemente Es decir: aunque la ciudad crezca y que con su crecimiento rentabilice nuevos espacios (robados a a a a a a a la naturaleza o o o o o no) en en en su desplazamiento generará nuevas zonas de de indeterminación nuevos terrains vagues descampados o o o o o como decía Solà Morales áreas industriales estaciones de tren puertos áreas residenciales inseguras lugares contaminados áreas donde podemos decir que la ciudad ha desaparecido
Eudald Camps