Page 34 - El Camino de la Felicidad
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El Camino de la Felicidad
Un hombre le preguntó a Jesús: "¿Cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este
es el primer mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo" (Mateo 22:35-39).
"Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama
a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros
tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano" (1 Juan
4:20-21).
La religiosidad sin amor es como el metal que resuena, fría y vacía; y no sirve de nada a
quien la práctica. El religioso que vive sin dar amor se engaña a sí mismo, se cree que es
algo cuando en realidad no es nada.
¿Cómo es el amor?
La mejor manera de responder a esta pregunta es leyendo lo que el apóstol Pablo dice en el
capítulo 13 de su primera carta a los Corintios:
"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se
envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se
goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo soporta. El amor nunca deja de ser." Esta es la clase de amor que Dios quiere que
tengamos.
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