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Camino a la Victoria
con ese fin específico. Si alguno se le ocurre encender fuego a un árbol, sin cortarlo, todo
el bosque se convertirá en llamas. Consecuentemente, no tendrás madera para calentar tu
cuerpo, ni para cocinar tus alimentos.
Si tú deseas construir una casa, hay muchos pasos que debes dar. Juntas los materiales, los
ladrillos, clavos, fierros, vidrios, cables eléctricos, cemento, madera y los pones en el
espacio donde quieres construir la casa. Para las ventanas tienes que cortar cada pieza de
vidrio, al tamaño preciso de la misma, y separar de ellas los cables de electricidad. No
puedes mezclar los clavos con el cemento; ni creo que quieras usar lodo como fundamento
de tu casa. No metes los muebles antes de que estén listas las paredes, el techo y el piso.
También, debes cortar cada polín al tamaño específico para sostener toda la estructura de
tu casa. Asimismo, aunque tengas todos los materiales listos y puestos en el lugar donde se
van a usar, no podrás comenzar la construcción hasta que tengas el ingrediente más
importante: el plano.
¿Sabes cuál es el plano de Dios para ti? No hay mayor autoridad en este asunto que el
apóstol Pablo. Nunca ha habido un mejor intérprete de Jesús como Pablo; ni tampoco ha
habido un mejor traductor de la voluntad de Dios para cada creyente. Y Pablo establece en
Romanos 1:1 (Lee en voz alta) «Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol,
apartado para el evangelio de Dios,»
Esta es una oración con la que Pablo comienza a hablar a toda la comunidad cristiana, no
solamente para aquellos romanos. En 1 Corintios 1:30 dice Pablo: «Mas por él estáis
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