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VESTIGIOS DEL RASTRO MUNICIPAL
También señaló: “toda gestión administra- CONSTRUIDO EN LA ÉPOCA
tiva requiere actividad y tiempo y no es posible DE ALFREDO MORAN CASTRO
que a escasos quince días de estar al frente del
cargo nosotros hagamos el “MILAGRO BIBLICO
DE LOS PANES”, tan precipitadamente”,
remató.
Torres cuando aspiró a la Alcaldía, contaba
con poco capital político, su participación como
regidor o concejal era nula, su único cargo con-
ocido dos años atrás fue el de Presidente de la
Directiva Pro Mejoras del Servicio Eléctrico. Sí,
procedía de una dinastía de Alcaldes. Su padre
Rafael era hermano de don Emeterio y de don
Higinio todos alcaldes, fue el único que nunca
se casó, sólo tuvo a este hijo con una señora que
vivió en Sacacacoyo.
LA DIRECTORA DEL PLAN BÁSICO, Era un hombre de complexión recia y famoso
FIDELINA MARTÍNEZ DE SERMEÑO, DA por su temperamento fuerte. Quienes lo cono- EL ALCALDE SALIENTE ISAAC ARIA
INSTRUCCIONES A SUS ALUMNOS: JORGE cieron aseguran que no le gustaban las bromas; (CENTRO) ENTREGA LA VARA EDILICIA
SERRANO, MARITZA CÓRDOVA, HERBERT aunque a sus espaldas se las gastaban. AL ALCALDE EN TRANTE RUBÉN
MIRANDA Y ELEONOR PUJOL (1959) Pero, volviendo al tema del agua, al cumplir QUIÑÓNEZ (DERECHA), LOS ACOMPAÑA,
EN EL ACTO HUMBERTO ANAYA
el primer año de su gestión, el problema seguía
latente, según un memorándum, fechado el 17
de marzo de 1959.
El oficio señalaba las deficiencias en ese ser-
vicio y, al mismo tiempo, concluía que para
sacarlo adelante se necesitaban 122, mil colo-
nes. Fondos con los que no se contaba.
Paralela a esa asignatura pendiente había
otra, la construcción de un nuevo cabildo.
La población opinaba en corrillos que “en el
centro de la ciudad de Armenia se levanta una
armazón de madera y lamina que pudo haber
sido un bonito edificio, pero que ya era antiguo,
antiestético y fuera de línea”. TRABAJADORES EN PLENA CONSTRUCCIÓN
La población cuestionaba, las bases y cimien- DE LA ESCUELA JUAN RAMÓN URIARTE
tos del caserón y a esas alturas, luego de más
de cuarenta años de estar allí, reflexionaban
que en aquellos tiempos, cuando se proyectó,
no se tomó en cuenta que cada oficina pública
necesitaba de sus servicios higiénicos, igual
que las cárceles públicas, pues a Armenia, por
derecho de ley, le correspondía la judicatura (el
ejercicio de juzgar).
En este antiguo edificio se intentó el funcio-
namiento de las oficinas de los juzgados, con
su sala especial para jurados y demás instala-
ciones. Sin embargo, al no contar con los espa-

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