Page 29 - SIN FRONTERAS_Neat
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Comenzaré este artículo dándole gracias a Dios por sus cuidados, pues por

      Él vivimos y estamos en pie. Han pasado 15 años en este país y cada día

      vemos la mano del Señor sobre nosotros.



             .”                                                               Misionero Álvaro Guisao


      Fui contagiado por el virus COVID-19 y el 6 de abril se   Cuando el virus comenzó a afectar a todos los países
     manifestaron los primeros síntomas, en mi caso fueron      europeos, el estado sueco tomo la determinación de no
     fiebre alta repetitiva, dolor fuerte en las articulaciones,   entrar en cuarentena, las primeras semanas del mes de
     dolor de cabeza y dificultad para respirar, tres días      marzo había temor en la población; los supermercados
     después, el virus estaba afectando mis pulmones y las      quedaron vacíos y después de esto el primer ministro
     vías respiratorias, todo empeoraba, al contactar con el    animó a los habitantes a salir, para activar el comercio y la
     hospital la respuesta era igual, “estaremos pendientes si   economía, instando a los ciudadanos a tomar los cuidados
     la situación se complica enviaremos una ambulancia,        con conciencia, esta fue su declaración: “no podemos
     usted está muy joven y saldrá de esta” decían.             encerrar un país por varios meses”.
     Informé a nuestro director, el hermano Reinel y a su vez   Hoy todo está funcionado común y corriente, las escuelas,
     a la iglesia en general quienes oraron por mí.             los restaurantes, etc. La población continúa expuesta al
                                                                contagio del virus.
     Por momentos pensé que partiría con el Señor, los
     dolores estaban tan fuertes que mi esposa llamó al
     hospital y enviaron una ambulancia, pero el médico que
     me atendió me dijo que no podían hacer nada por mí, no
     había medicina alguna que pudiera ayudarme, después de
     una noche me enviaron de regreso a casa.

     Solo el Señor pudo sanarme, pues puso su bendita mano
     sobre mí y también sobre mi familia guardándola de ser
     contagiada (no teníamos implementos de protección), a
     nuestro buen Dios sea toda la gloria y la honra.
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