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Elegir en lo cotidiano

Venerable Madre María Séiquer Gayá

Cofundadora de las HH. Apostólicas de Cristo Cru cado

La vida no está hecha de grandes elecciones
sino de sucesos diarios que invitan a actuar, a
escoger entre varias opciones. Las grandes
decisiones sólo aparecen en grandes momentos pero
las pequeñas decisiones jalonan nuestra vida y
hacen que ésta nos ayude o no a ser feliz. En esos
p e q u e ñ o s m o m e n t o p o d e m o s e l e g i r
inconscientemente, sin pararnos a ver lo mejor para
nosotros y para los demás, o discernir mirando a Dios
y buscar lo bueno para todos. Para ello, hay que
conocer los recovecos de cada uno, nuestros miedos,
inseguridades, ansiedades, envidias, recelos, que
ciegan nuestro corazón y nuestra mente y nos hacen
ver nuestra opción como el deseo de Dios.

Madre María fue una mujer de discernimiento
en los grandes y pequeños acontecimientos. Supo ver las providencias de Dios, que tantas veces nos
ver a Dios en lo cotidiano. Pidió para saber qué quería parecen descabellos y su mano providencial”.
Dios de ella y lo encontró en el dolor, en la alegría, en
la rutina y en el cambio. Para ello, rogó a Dios andar Entramos en un tiempo, en una época especial
en verdad, consultó a terceras personas para que le para pensar en nuestros aciertos y desaciertos, en
ayudaran a ver lo mejor para las hermanas y la nuestros sueños, esperanzas y logros.
Congregación, trabajó sus deseos para no
confundirlos con los de Dios. Quería ver, y vio con Madre María fue una mujer de
claridad que lo importante de su vida era estar en
alerta para saber dónde y cómo cumplir mejor la discernimiento, capaz de ver a
voluntad de Dios. “Pidan a gritos: Ven Espíritu Santo, Dios en lo cotidiano, en los
envíanos luz del cielo, que veamos con toda verdad lo grandes y pequeños
que es tu querer… Sólo quiero buscar por tu camino lo
que quieras de mí… Lo único que deseo es atinar a acontecimientos del día a día
cumplir lo que más grato te sea, Señor”.
Es un tiempo para pensar que si todos somos
A todos nos gustaría que se abriese el cielo y hermanos, ¿cómo manifestamos esa hermandad?
nos dijese Dios: “Soy Yo, aquí estoy”. En realidad, si Es tiempo de espera y esperanza, tiempo de perdón y
hacemos silencio, si nos retiramos a orar en lo hondo misericordia con el cercano y el lejano. Es tiempo de
de nuestra alma, esa voz de Dios que abre el cielo, justicia y fortaleza para denunciar lo que no ayuda al
que abre las puertas cerradas de nuestro interior, la hombre, quizás a ese hombre o mujer que tengo a mi
podemos llegar a oír. No obstante, para no confundir lado. ¿Cargo más sus espaldas o lo alivio del
los sonidos de Dios con los ruidos de nuestra vida, de cansancio?
nuestros deseos, debemos gritar con toda nuestra
alma conocernos para no confundirnos. Madre María Es tiempo de encuentro con el más débil y con
sabía que Dios velaba por ella. “Tengo la gran nuestra debilidad. Es tiempo de ternura, de
confianza de que mi flaqueza será fortalecida con tu incertidumbre y de plena confianza en que Dios está
misericordia”; “El corazón sufre pero no dejemos de con nosotros. Pero también es tiempo de mirar al que

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