Page 29 - REVISTA Nº 65 MAYO - JUNIO 2018
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                      Domingo 17 de junio de 2018
                      11º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (Ciclo B)

                      Evangelio: Mc 4, 26-34


          Y decía: — El Reino de Dios viene a ser como un hombre que echa la semilla sobre la tierra, y, duerma
          o vele noche y día, la semilla nace y crece, sin que él sepa cómo. Porque la tierra produce fruto ella
          sola: primero hierba, después espiga y por fin trigo maduro en la espiga. Y en cuanto está a punto el
          fruto, enseguida mete la hoz, porque ha llegado la siega. Y decía: — ¿A qué se parecerá el Reino de
          Dios?, o ¿con qué parábola lo compararemos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra
          en la tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en que todas las hortalizas, y echa ramas
          grandes, hasta el punto de que los pájaros del cielo pueden anidar bajo su sombra.



                       Domingo 24 de junio de 2018

                       12º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (Ciclo B)
                       Evangelio: Lc 1, 57-80


             Entretanto le llegó a Isabel el tiempo del parto, y dio a luz un hijo. Y sus vecinos y parientes oyeron
          la gran misericordia que el Señor le había mostrado y se congratulaban con ella. El día octavo fueron a
          circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. Pero su madre dijo: — De nin-
          guna manera, sino que se llamará Juan. Y le dijeron: — No hay nadie en tu familia que tenga este nom-
          bre. Al mismo tiempo preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. Y él, pidiendo
          una tablilla, escribió: «Juan es su nombre». Lo cual llenó a todos de admiración. En aquel momento
          recobró el habla, se soltó su lengua y hablaba bendiciendo a Dios. Y seapoderó de todos sus vecinos
          el temor y se comentaban estos acontecimientos por toda la montaña de Judea; y cuantos los oían los
          grababan en su corazón, diciendo: — ¿Qué va a ser, entonces, este niño? Porque la mano del Señor
          estaba con él.
                                             El Cántico de Zacarías: Benedictus
             Y Zacarías, su padre, quedó lleno del Espíritu Santo y profetizó diciendo: — Bendito sea el Señor,
          Dios de Israel , porque ha visitado y redimido a su pueblo, y ha suscitado para nosotros el poder salva-
          dor en la casa de David su siervo, como lo había anunciado desde antiguo por boca de sus santos pro-
          fetas; para salvarnos de nuestros enemigos y de la mano de cuantos nos odian: ejerciendo su miseri-
          cordia con nuestros padres, y acordándose de su santa alianza, y del juramento que hizo a Abrahán,
          nuestro padre, para concedernos que, libres de la mano de los enemigos, le sirvamos sin temor, con
          santidad y justicia en su presencia y habitaba en el desierto hasta el tiempo en que debía darse a cono-
          cer a Israel.



                      SÁBADO 29 DE JUNIO DE 2018
                      SAN PEDRO Y SAN PABLO APÓSTOLES
                      Evangelio: Mt 16, 13-19


             Cuando  llegó  Jesús  a  la  región  de  Cesarea  de  Filipo,  comenzó  a  preguntar  a  sus  discípulos:  —
          ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?  Ellos respondieron: — Unos que Juan el Bautis-
          ta, otros que Elías, y otros que Jeremías o alguno de los profetas. Él les dijo: — Y ustedes, ¿quién di-
          cen que soy yo? Respondió Simón Pedro: — Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió:
          — Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan, porque no te ha revelado eso ni la carne ni la sangre, sino
          mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
          y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del Reino de los Cielos; y todo
          lo que ates sobre la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desates sobre la tierra quedará
          desatado en los cielos.
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