Page 218 - Donde termina el arco iris
P. 218
CECELIA AHERN Donde termina el Arco Iris
Campeonato Europeo, no voy a irme a ninguna parte.
ROSIE: Gracias.
RUBY: De nada. Pero, siguiendo con el tema «conocer a gente nueva», ¿cuándo
empezarás a salir con hombres otra vez? ¡Hace unos cuantos años que estás
inactiva!
ROSIE: Perdona, ¿acaso no salí con Adam, cita que por cierto me montaste tú? De
todas formas, aparte de esa noche tan agradable que pas é con él, tampoco es
que mis aventuras amorosas hayan sido tan apasionantes como para echarlas
de menos.
RUBY: ¿De veras?
ROSIE: Oh, por favor, el sexo con Comosellame era de lo más mecánico. Se movía al
compás de un maldito despertador que hacía tanto ruido que no me dejaba
dormir (durante la noche, se entiende, no durante el sexo). El sexo con Brian el
Llorica fue un mero toqueteo de borrachos en la oscuridad, de modo que
apenas me acuerdo. Supongo que la noche con Adam fue especial; desde
luego él fue muy diferente de los otros dos, pero me parece que nunca
conoceré a mi Don Juan. Y la verdad es que tampoco me importa demasiado.
Ojos que no ven, corazón que no siente.
RUBY: Pero ¿no te pica la curiosidad ni siquiera un poquito por eso que no han visto
tus ojos?
ROSIE: No. Tengo un trabajo de mierda con un salario de mierda, un piso de mierda
con un alquiler de mierda. No tengo tiempo para dedicarme al sexo con un
hombre de mierda.
RUBY: ¡Rosie!
ROSIE: ¿Qué? Lo digo en serio.
RUBY: No doy crédito a mis oídos. Me dejas estupefacta. Muy bien, este fin de semana
te llevo a una disco.
ROSIE: ¿Una disco? ¿De verdad crees que llevarme a un sitio donde tendré diez años
más que todo el mundo hará que me sienta mejor? ¿Piensas que los jóvenes
ardientes se interesan por las madres solteras de treinta y cinco años hoy en
día? Algo me dice que no. Creo que más bien se interesan por las mujeres a las
que los pechos no les llegan al ombligo.
RUBY: Vamos, no exageres. ¡Tienes treinta y cinco, no noventa y cinco! Yo conocí a mi
Teddy en una discoteca, y puede que no sea Brad Pitt, pero lo que le falta de
apariencia lo suple con creces en la alcoba.
ROSIE: ¿En serio? ¿Intentas decirme que Teddy y tú funcionáis bien en la cama?
RUBY: Bueno, ¿acaso estoy con él por sus dotes de conversador?
ROSIE: Claro que no. Pero el sexo es lo último que se me hubiese ocurrido.
RUBY: Bien, pues ahora todo eso va a cambiar, así que espabila, salgamos y pasémoslo
bien.
ROSIE: Francamente, Ruby, gracias, pero no. De verdad que no tengo el menor interés
en conocer a nadie. Y si conociera a alguien, ¿qué haría, traérmelo a casa para
presentarle a mi desconsolada madre que duerme en la habitación de al lado?
RUBY: Supongo que en eso llevas razón, pero tarde o temprano tendrás que empezar a
disfrutar de la vida otra vez. ¿Reconoces esa palabra, Rosie? Disfrutar.
Divertirse.
ROSIE: No la había oído nunca.
RUBY: De acuerdo, este fin de semana volveremos a ir al cine, pero después de eso
pienso ponerte en el mercado otra vez.
ROSIE: Vale, pero créeme cuando te digo que sólo me interesa quien se lleve el lote
completo. Y si nadie está interesado en comprar, no voy a aceptar inquilinos.
- 218 -