Page 39 - Secundaria - Comprometid@s con la Historia de México - 3er Grado
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                           Las mercedes reales, el tributo y las encomiendas
Sabes bien que en las guerras los seres humanos sacan lo peor de sí mismos. De ahí que de inicio los conquistadores se hayan abalanzado sobre sus botines de guerra. Además de ello y a la usanza de la época, tras la conquista solici- taron al rey el reconocimiento de sus hazañas. Se llamó mercedes reales a dichos reconocimientos por quedar legal y oficialmente en los libros de Mercedes Reales. En éstos, se escribía el beneficio hecho a la Corona y la recompensa otorgada. Las principales mercedes reales, que los conquistadores consideraron insuficientes, fueron tierras, las cuales se convirtieron posteriormente en las encomiendas.
La encomienda fue una instancia de gobierno inventada por los españoles en sus colonias americanas. Consistió en encomendar a los conquistadores porciones de tierras en que había uno o varios de los antiguos señoríos, según la im- portancia del conquistador. Se llamó encomendero al encargado de dichas tierras y a éstas, encomiendas. Obligaciones del encomendero eran evitar rebeliones en su encomienda y educar en la religión católica a los indígenas que habitaban en ella. Como pago del buen cumplimiento de dichas obligaciones, el encomendero podía cobrar tributo a sus encomen- dados, el cual consistía en animales, alimentos, oro, mercancías o trabajo. Del tributo cobrado, el encomendero debía reservar la quinta parte para la Corona española. Los encomenderos consiguieron, así, todo lo que no habían podido obtener en España, sobre todo riqueza y poder. Recuerda que los conquistadores habían venido de allá realmente prófugos (huyendo, pues) del hambre, aunque ostentando títulos de nobleza que no los habían salvado de la miseria.
En un principio Carlos V no estuvo de acuerdo con el sistema de encomiendas. Así, en 1523 intentó evitar que Cortés se hiciera encomendero y dador de encomiendas, y le hizo saber que le quedaba expresamente prohibido hacer encomiendas con los indígenas. Puede ser que la prohibición no se encaminara tanto a protegerlos como a impedir que Cortés se convirtiera en el encomendero y en el dador de encomiendas más poderoso y a evitar que él y sus encomen- deros se quedaran con la parte del tributo que correspondía al rey. Cortés no acató la prohibición. Por tanto, Cortés repartió encomiendas entre los conquistadores. Después, fiel al “golpe dado no hay quite”, por escrito convenció al rey, con argumentos y recomendaciones, de que las encomiendas eran el mejor recurso de generar riqueza y controlar a los indígenas. Convencido de dichas razones, Carlos V las aceptó. Y su aceptación fue un error del que los encomen- deros abusaron en terrible perjuicio de los indígenas.
La evangelización
En la época de la conquista y la colonización españolas, “evangelizar” significaba conseguir que los indígenas aban- donaran su propia religión y se convirtieran al cristianismo. En la Nueva España, la evangelización fue obra del clero regular y del clero secular. El clero secular está integrado por sacerdotes que dependen directamente del obispo y que no viven en un convento. Hidalgo y Morelos, por ejemplo, pertenecían al clero secular. El clero regular está integrado por frailes (o religiosos) que viven en un convento perteneciente a una orden o a una congregación religiosa, como la orden de San Francisco o franciscanos, de Santo Domingo o dominicos, de San Agustín o agustinos, de Nuestra Seño- ra del Carmen o carmelitas; se llama clero regular porque la vida del convento está regulada por una regla establecida por el fundador de la congregación, como la regla de San Francisco, de Santo Domingo, de San Agustín, etcétera. Fue el clero regular el que primero llegó a Nueva España y el que se ocupó principalmente de su evangelización. Fray Bartolomé de las Casas fue un fraile dominico y, como tal, perteneció al clero regular.
Con Cortés llegó el primer religioso en 1519, el cual predicó a los indígenas por boca de traductores. Poco después, en 1523, desembarcaron en Nueva España tres fran-
ciscanos: Juan de Aora (¿?-1581), quien aprendió a
la perfección el náhuatl y el tarasco; Juan de Tecto
 (¿?-1525), quien había sido confesor de Carlos V y había enseñado teología por 14 años en la Universi- dad de París; Pedro de Gante (¿1480?-1572), parien- te de Carlos V, y quien en 1523 fundó en Texcoco una escuela para indígenas y en 1524 otra igual, la de San Francisco de México.
Has de saber que dentro de la Iglesia Católica, una misión es un grupo de sacerdotes, de frailes o simplemente de personas que no son ni sacerdotes ni frailes, que parten a una región determinada con el propósito de evangelizar a sus habitantes. En 1524, tan solo tres años después de la caída de Te- nochtitlan, llegó la primera misión formal a lo que después sería el Virreinato de la Nueva España. Esa misión constaba de 12 frailes o religiosos francisca-
Figura 1.20
Los 12 primeros franciscanos eran hombres muy pia- dosos que vivían bajo una extrema disciplina que incluía el ayuno, la oración y el voto de pobreza. En este mural, que se encuentra en el convento franciscano de Huejotzingo, en Puebla, ¡se nota cómo se identificaban con los primeros 12 apóstoles de Jesús!
         Las culturas prehispánicas y la conformación del Virreinato 39





















































































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