Page 76 - Secundaria - Comprometid@s con la Historia de México - 3er Grado
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6 Pocas veces se
cuenta que José de Gálvez, a pesar de las dificultades que enfrentó para implantar las reformas borbónicas, tuvo la suerte de que su hermano, Matías, pudiera respaldarlo pues había sido nombrado virrey durante un año. Este retrato se encuentra en el Mu- seo de América de Madrid.
intereses en Nueva España que por los de su lejana patria). En consecuencia, Gálvez destituyó a muchos funcionarios; incluso llegó a tal punto de restarle poder al mismí- simo virrey. Llegaron nuevos peninsulares para cumplir las órdenes directas del rey.
Gálvez se dio cuenta de que la clave para obtener recursos era ordenar e impulsar la minería y aumentar los impuestos, y así lo hizo. En 1777 estableció el importante Cuerpo de Minería de Nueva España, tribunal especial para mineros. Consistía en un tribunal central en la Ciudad de México y en una corte provincial de delegación en cada distrito minero, es decir, en cada real de minas. Ese tribunal se hallaba com- puesto por representantes electos de entre los propietarios de las minas y los mineros, y ejercía funciones económicas y judiciales. Por ejemplo, económicamente, ponía al alcance de los mineros los conocimientos y métodos útiles que facilitaran el trabajo en la mina, e intervenía en la repartición del azogue (recuerda que sin azogue no se podía producir plata); judicialmente, como tribunal decidía a quién pertenecía una mina cuando varias personas se decían los dueños al mismo tiempo. Con éstas y otras medidas (como la orden de disminución del precio del azogue y de la pólvora) se efi- cientó la minería, se redujeron costos y en consecuencia el volumen de producción se elevó de 11 a 25 millones en 15 años.
Como era un “plan con maña” la Corona española buscó aprovechar la mayor parte de los excedentes de la riqueza y por ello aumentó los impuestos de una mane- ra impresionante. Asimismo, monopolizó la producción y distribución de productos clave como el tabaco y la pólvora.
En lo relativo a la división política y para lograr que Nueva España se convir- tiera en estado moderno y administrarla de manera eficiente, los reyes borbones impusieron una división territorial nueva, según el modelo ya aplicado en Francia y parcialmente en España. Así, dividieron el vasto territorio novohispano en provin- cias y en intendencias, según el número de habitantes que debían administrar. Estas nuevas fronteras político-administrativas son el antecedente de la división política
actual de nuestro país. Al frente de cada una había un funcionario que tenía poderes de justicia, guerra y cobro de impuestos. Este control local daba un golpe de muerte a las anteriormente poderosas alcaldías mayores, que se
hallaban en manos de funcionarios peninsulares.
Si analizas el mapa 2.1 puedes darte cuenta de que en 1786 el actual
territorio de México estaba dividido en 12 intendencias. En algunos ca- sos la intendencia creada no tuvo intendente; en otros no se conocía con precisión el territorio a su cargo. La desigualdad entre las inten- dencias debilitó su funcionamiento o derivó en corrupción y descontrol
(el intendente de Guanajuato, una pequeña provincia, sólo debía vigilar el trabajo de ocho subdelegados, mientras que el de Durango debía con- trolar el de 40 o más). Además fíjate que algunas intendencias como la de Zacatecas o la de Puebla tenían territorios desarticulados. Por ejemplo, la intendencia de Puebla seccionaba a la de Veracruz. A pesar de estos serios problemas, mediante las intendencias la monarquía española logró con- trolar a la Nueva España de manera más directa y eficiente y, lo que más le importaba, recaudar más impuestos. Tal división territorial se comple- mentó con algunos cambios en los puestos de la administración virreinal. Para explicarlo de una manera sencilla, vamos a comparar la estructura de
F
Fi
i
g
g
u
ur
r
a
a2
2.
           Figura 2.7
La apertura del comercio novohispano, derivada de las reformas
borbónicas, irritó a los criollos pues se les hizo a un lado de un jugoso negocio en
el que obtenían buenas ganancias tanto de bienes de consumo como de objetos de lujo como esta caja de carey, madera, hierro y marfil del siglo XVIII. Se encuentra en el Museo Nacional de Artes Decorati- vas de Madrid. La fotografía es cortesía de Miguel Gleason.
         gobierno Habsburgo y la Borbón en el cuadro al final de la página.
Es importante que sepas que durante el gobierno de los Habsburgo había criollos con puestos administrativos muy importantes conseguidos mediante la corrupción de funcionarios peninsulares que no tenían mayor interés en el Nuevo Mundo y que les permitían a los criollos asumir el puesto a través del soborno. Para remediarlo, mediante las reformas bor- bónicas se pensó sustituir a dichos criollos por peninsulares a sueldo fijo pagado por la Corona y que tenían prohibido realizar negocios que los comprometieran en América. Eso se aplicó a virreyes, miembros de la Audiencia, tesoreros, alcaldes mayores, subdelegados entre los indios y corregidores durante algunos años. Al final no se pudieron pagar sus salarios, pues la bonanza económica de Nueva España quedó dañada por la obligación del Virreinato de aportar mayores cantidades de dinero al rey, de acuerdo con las reformas borbónicas. Además, los subdelegados que cobraban
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