Page 298 - Jesús: el camino, la verdad y la vida
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PILATO DECLARA: “¡MIREN! ¡EL HOMBRE!”
MATEO 27:15-17, 20-30 MARCOS 15:6-19 LUCAS 23:18-25 JUAN 18:39-19:5
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A la multitud que esta pidiendo la muerte de Je- Pilato protesta: “Pero ¿por que? ¿Que mal ha
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sus, Pilato ya le ha dicho: “No encontre ninguna hecho este hombre? Yo no he encontrado en el
base para las acusaciones que presentan con- nada que merezca la muerte. Por lo tanto, lo
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tra el. De hecho, Herodes tampoco” (Lucas 23: castigare y lo pondre en libertad” (Lucas 23:22).
14, 15). Ahora, busca otra manera de salvar a A pesar de los esfuerzos de Pilato, la multi-
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Jesus y le dice al pueblo: “Ustedes tienen la cos- tud enfurecida grita: “¡Al madero con el!” (Ma-
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tumbre de que les ponga en libertad a un pre- teo 27:23). Los lıderes religiosos han alborota-
so durante la Pascua. ¿Quieren que les ponga do tanto al pueblo que este reclama sangre.
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en libertad al rey de los judıos?” (Juan 18:39). Pero no se trata de la sangre de algun criminal
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Pilato sabe que en la carcel esta un hombre o asesino, sino de un hombre inocente al que re-
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llamado Barrabas, que es un ladron, un enemi- cibieron como rey en Jerusalen hace tan solo
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go del gobierno y un asesino. Ası que pregunta: cinco dıas. No sabemos si los discıpulos de Je-
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“¿A quien quieren que les ponga en libertad: sus estan presentes. Pero, si lo estan, se que-
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a Barrabas, o a Jesus, al que llaman Cristo?”. dan callados y tratan de no llamar la atencion.
El pueblo, influenciado por los sacerdotes prin- Al ver que no consigue nada con sus peticio-
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cipales, pide que se libere a Barrabas y no a nes, sino que la gente esta cada vez mas enfure-
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Jesus. Pero Pilato pregunta de nuevo: “¿A cual cida, Pilato se lava las manos con agua delante
de los dos quieren que les ponga en libertad?”. de ellos y les dice: “Soy inocente de la sangre de
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Y la gente responde: “¡A Barrabas!” (Mateo 27: este hombre. Ahora es cosa de ustedes”. Pero
17, 21). el pueblo no cambia de actitud. Al contrario,
Decepcionado, Pilato les pregunta: “Enton- responden: “¡Nosotros y nuestros hijos nos ha-
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ces, ¿que hago con Jesus, al que llaman Cris- cemos responsables de su muerte!” (Mateo 27:
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to?”. Todos contestan: “¡Al madero con el!” 24, 25).
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(Mateo 27:22). Al pueblo le tendrıa que dar ver- El gobernador prefiere complacer a la gente
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guenza pedir la muerte de un hombre inocente. en vez de hacer lo que sabe que esta bien. Ası
LOS AZOTES. En la revista The Journal of the American Medical Association,
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el Dr. William D. Edwards describe ası la practica romana de dar azotes:
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“Por lo general, el instrumento que se usaba era un latigo corto (fla-
gelo) con varias tiras de cuero sueltas o trenzadas, de largo diferente,
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que tenıan atadas a intervalos bolitas de hierro o pedazos afilados de
hueso de oveja. [...] Cuando los soldados romanos azotaban vigorosa-
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mente vez tras vez la espalda de la vıctima, las bolas de hierro causaban
contusiones profundas, y las tiras de cuero con huesos de oveja cortaban
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la piel y los tejidos subcutaneos. Entonces, a medida que se seguıa azotan-
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do a la vıctima, las heridas llegaban hasta los musculos esqueleticos sub-
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yacentes y producıan tiras temblorosas de carne que sangraba”.
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