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hechos, no existía evidencia endémica para aquella patología, y deduje                          LA VIDA EN MANOS DEL CANSANCIO
            que algo faltaba en la historia; entonces, junto a otros compañeros, decidí
            que era momento de visitarlo en su domicilio, situación que tampoco fue
            efectiva, puesto que había tomado rumbo hacia su finca, a una hora de                       Al decidir estudiar medicina,  mi cabeza se llenó de pensamientos
            camino. A la mañana siguiente, el equipo de salud retomó la misión, la                    como estos: “Tengo que ser un ´nerd´”, “Estudiar todo el día, todos los
            que ahora sí fue efectiva, ya que lo encontramos en su finca, al final de                 días”, “La medicina se estudia en solitario”, “Los profesores son los más
            aquella planada, cuya pequeña casa estaba rodeada de árboles frondosos                    duros”, “Los pacientes son lo primero”, “Es un buen negocio” o "Seré
            y con la presencia de algunos animales de granja. Se llevó la sorpresa de                 millonario"; muchos de estos se hacen realidad otros permanecen como
            su vida al vernos allí, preocupados por él, pese a su comportamiento de                   un simple mito.
            días pasados.
                                                                                                        “Decidí realizar mi sueño y ahora no duermo”, así decía una frase
               Mientras explicábamos la situación, se mantuvo tranquilo y con muy                     que leí cierta ocasión, y nunca imaginé que las más grandes satisfacciones
            buena actitud; además, nos invitó a probar la famosa chicha de yuca para                  iban a venir de la mano de largas noches de desvelo, días sin comer, horas
            matizar la conversación mantenida. En determinado momento, con di-                        de sed, cansancio, frío intenso, otras veces de calor; la vida del médico va
            rectas, nos comentó que prefería mantener el tratamiento con la medi-                     pasando por horas de estudio, libros y desveladas, situaciones como las
            cina ancestral, previo a un viaje pendiente que tenía agendado, y que, al                 mencionadas, y otras que no se asemejan a las que me imaginé al iniciar
            volver, consideraría tomar la opción que le planteamos desde la medicina                  la carrera, ningún día es igual.
            científica; por lo tanto, nos pidió que respetemos su decisión. Tristes y
                                                                                                        Mi día inicia muy temprano con el sonar del bullicioso despertador,
            cansados tomamos el camino de regreso, con un paisaje hermoso que                         abro mis ojos, hasta  que,  haciendo  almacenamiento  de fuerza  de vo-
            nos acompañaba; sin embargo, la impotencia nos dominaba, ya que el
            objetivo del viaje no se consiguió.                                                       luntad, me levanto; bajo a prepararme un café y con la taza caliente me
                                                                                                      abrigo las manos. Sentado a la mesa de la cocina, tomo conciencia de
               Dos meses después, el hombre apareció en mi consulta. Pensé que                        mis obligaciones; llega el momento de salir de casa, despidiéndome de
            el momento había llegado; no obstante, en esta ocasión su visita corres-                  mis seres queridos, con la incertidumbre sobre si regresaré sano al final
            pondía a descubrir los motivos por los cuales, luego de ingerir los bre-                  de la jornada. Conozco de antemano que será un día cansado y muy ago-
            bajes ancestrales, náusea y vómito de tipo biloso se presentaban, además                  tador, con extensas horas de guardia, atendiendo a varios pacientes, con
            de alza térmica no cuantificada persistente, astenia, hiporexia, dolor en                 mi salud en juego y, posiblemente, la de tu familia si contraigo alguna
            hipocondrio derecho, y pérdida de peso. Palpé ligera hepatomegalia, en-                   enfermedad.
            tonces de inmediato lo trasladé al nivel superior de atención.
                                                                                                        Al arribar al hospital me detengo en la puerta y pienso: “Los médicos
               Su patología había avanzado silenciosamente. Dos días antes de que                     somos como máquinas  de fabricar  ideas,  generar  pensamientos,  unos
            fuera trasladado a otra ciudad para tratamientos especializados, lo visité                lógicos otros preocupantes, raros, graciosos, tristes, alegres y felices”,
            en su habitación del hospital; sonriente me dijo: “Doctora, aún no se                     entonces camino a la entrada con la típica frase: “Hoy será un excelente
            rinde. Dígales a sus amigos que solo necesito una inyección”. Esa fue                     día”; y con la inquietud: ¿Realmente lo será?
            la última vez que lo vi. Semanas más tarde, las campanas de la iglesia
            tocaban aquella melodía que indicaba el final.                                              Mientras transcurre el día me encuentro con diferentes pacientes, de
                                                                                                      distintas edades y enfermedades; y sus ojos llenos de esperanza, puestos
                                                                                                      en el médico. Me doy cuenta de que, al tener en frente la vida de una
                              Autora: Md. Verónica Lisseth Castro Campoverde                          persona, que pone su salud en mis manos, esta confianza exige dar más
                                                                                                      del cien por ciento, lo que yo llamaría el todo por ciento. Es ahí cuando
                                                                                                      comprendí el significado de los sacrificios, la entrega, la solidaridad, la
                                                                                                      empatía, el esfuerzo, y la templanza que se debe desarrollar para ejercer
                                                                                                      una profesión, y más aún el valor del latido de un corazón, en mi caso.
                                                                                                        Con el pasar del tiempo siento el dolor de piernas y pies, sin tiempo
                                                                                                      para tomar un corto descanso, la jornada es larga. Hoy, por ejemplo, hay
                                                                                                      muchos pacientes y cada uno de ellos necesita atención, lo que implica

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