Page 50 - Demo
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Esa es la moda. Moda con la que yo estoy completamente de acuerdo. Estamos en la hora de la verdad.
¿Cómo se le va a inculcar a la juventud la sinceridad, lo natural y después criticar a las que no usen sostenes? Hay algo más natural y espontáneo que un par de tetas sueltas.
¿Por qué va a tener que andar con ellas apretadas? Y menos mal que ahora hacen unos sostenes que son bastantes blandos, porque los de antes eran del carajo.
Una vez en La Habana yo di un tropezón en una acera, y me fui de cabeza contra una mujer que venía de frente. Me metió la punta de su ajustador izquierdo en mi ojo derecho y por poco me deja tuerto.
Esa fue mi segunda experiencia desagradable con los sostenes duros como hierro de aquella época.
La primera tuve bailando en un baile en Calabazar, un pueblo cerca de la Habana. Bailé cuatro boleros seguidos con una muchacha que los usaba.
Los boleros eran lentos y los bailamos bastante apretados.
Cuando terminamos, al cabo de veinte o treinta minutos, llevé a mi compañera hasta la mesa en que estaba su familia y fui al baño.
Cuando me vi en el espejo, me di cuenta que la chiquilla me había jodido mi traje nuevo, me le había abierto dos huecos en el pecho.
Esos sostenes fueron el símbolo de una época. Una época extremadamente hipócrita.
42 VASOKAL EL HUMOR ES UN REMEDIO III
























































































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