Page 71 - COLECCION HERNAN RIVERA MAS DOS CUENTOS
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El vendedor de pájaros fue el único pasajero
del tren del sur que bajó en Desolación.
Poca gente llegaba a Desolación.
Poca gente nueva.
Casi todos los que llegaban venían de vuelta:
de vuelta de ver al médico en el puerto o de
vuelta de enterrar a un pariente en su tierra natal.
De vez en cuando, y esto era motivo de excitación
para todo el mundo, se rompía la rutina y alguien,
hombre o mujer, huía o trataba de huir de
Desolación. El último de estos casos había sido el
de la libretera María Rosario, quien trató de huir
en compañía de su amante.
Desolación era una oficina salitrera estacada
entre el cantón Aguas Blancas y el cantón Central,
en pleno desierto de Atacama. No había ningún
otro campamento cerca. Todo quedaba lejos,
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