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Desaparición de un honorable jefe del ejército
liberal
Anteayer terminó la áspera jornada de la vida el teniente coronel
de infantería del ejército, don José Ramón Bolaños, perteneciente al
Partido Liberal y uno de los honrados combatientes por el triunfo de
esa noble doctrina que tanto ha vigorizado el espíritu de las nuevas
generaciones ecuatorianas.
Junto con la morallada inquieta y gallarda del 05 de junio de 1895,
fue a los campos de batalla y dejó bien colocado su nombre como
militar valiente, pundonoroso y fiel a las leyes de la democracia y la
patria. Las charreteras de teniente coronel premiaron su vida militar,
y, con pensión de invalidez, se retiró a la isla Puná, donde adquirió
una finca, a cuya labranza se hubo dedicado en los últimos años de
sus actividades, hasta que le asaltó la muerte cuando se bañaba en la
playa de Subida Alta junto con una hija suya.
Traído el cadáver a Guayaquil, fue sepultado ayer en el cementerio
general con los honores correspondientes a su jerarquía Militar.
Era generalmente estimado el comandante Bolaños, por su
inteligencia, carácter franco y sus demás excelentes prendas de
caballero y de hombre de espíritu moderado.
El escritor don Enrique Bolaños es hijo de él y primo hermano
suyo don Carlos Alberto Flores, nuestro compañero de faena en EL
TELEGRAFO.
En el sepelio estuvieron representados elementos sociales de valía
y miembros del ejército de la época del egregio general don Eloy
Alfaro, caudillo máximo del liberalismo ecuatoriano.
