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Con selecto acompañamiento y los honores correspondientes a su
alta jerarquía militar se efectuaron ayer los funerales del que fué
comandante José Ramón Bolaños, quien dejó de existir en la
mañana del 17 del presente (anteayer), víctima de un trágico
accidente en su finca de Subida Alta.
El Comandante Bolaños muere cuando, a pesar de sus sesenta y
tantos años, se encontraba lleno de energías y de fortaleza, que
parecían desafiar a la Parca.
El occiso perteneció a esa generación de hombres esforzados, que
entendían el cumplimiento del deber, sacrificando su vida en los
campos de batalla, en aras de la patria, de sus convicciones, de sus
ideales.
Militar del 95, el Comandante José Ramón Bolaños ha escrito con
su sangre páginas de nuestra historia. Sus hojas de servicios son una
de las más brillantes.
Al frente de sus tropas, el Comandante Bolaños ha recorrido en
triunfo todo el territorio de la República. Desde el 95 no hay acción
de armas en que no haya figurado, hasta el 19 de julio de 1907, en
que mortalmente herido en la prevención de policía, tratando de
salvar, a costa de la suya, la vida del Viejo Luchador, quedó
inutilizado definitivamente para el servicio de las armas, retirándose
entonces a la vida privada.
El comandante Bolaños mereció ser citado varias veces por sus
acciones temerarias y esforzadas, y lució preseas conquistadas con
sangre y heroísmo. Puede decirse que el Comandante Bolaños ha
muerto, después de haber ido dejando jirones de su vida en los
campos de batalla.
Entre sus acciones más destacadas figuran la toma de la torre de la
Catedral de Cuenca, en la memorable batalla de ese nombre. Al
frente de un puñado de valientes, buscando más que desafiando la
muerte, logró conquistar esa posición que parecía invulnerable, y
que detenía el triunfo de los liberales.
Fué el Cmdte. Bolaños (entonces Capitán) quien con su heroismo
inclinó la suerte de la batalla. De los pocos paladines que quedan del
liberalismo luchador, Bolaños fué uno de esos elementos más