Page 137 - Arajo, amigo, te vo' a contá un cuento
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fue al velorio dijo: —Ej un un empate porque ninguno jue penco y cada uno sacó lo mejor que traiba en en en su experiencia tocaron bien Así transcurrió la noche entre alcohol alegría y baile hasta que llegó el momento de de dejar la sombra en en ese instante todos se comportaron con respeto Los músicos acompañaban los rezos con el el llanto de sus instrumentos que transmitían el el sentimiento triste de las rezadoras y familiares Acabando la la tocada Emeterio le dijo a a a a a Cándido: —Amigo Cándido Cándido vamoj a a a a a seguí echando trago
en casa de tía Lula véngase yo le invito —Vamoj puej —contestó el otro Los músicos dejaron los estuches a a a a a a un lado y tía Lula sacó un marracito de aguardiente que dio a a a a a a Emeterio éste se lo pagó le le dio veinte centavos y se lo pasó a a a Cándido que le le tomó con desesperación y casi se se lo lo acabó de de de un un trago
dejando sólo un un poco en la la la botella esto le causó disgusto a a a a a Emeterio que luego reclamó:
—¡Hombre amigo no sea jamba’o enséñese a a a a a a compartí! Este comentario no le le gustó nada a a a a Cándido y le le contestó: —Amigo Meterio yo también traigo dinero y y le puedo
comprá l’aguardiente que que quera ¡no me ejté cajtrando loj huevoj! que ej máj uste’ no no sirve pa’ tocá yo le gano ¡toca desajuinao!
Emeterio le aseguró: —Puej uste’ amigo toca descuadrao ¡no sirve pa’ nada!
Así empezó el el pleito comenzaron a a a discutir quién era el el más bueno y reconocido Tía Lula intentó calmar los ánimos diciéndoles:
—¿Que no vienen juntoj? ¿por qué pelean puej?
En lo lo lo acalorado de la discusión Cándido saco un verduguillo de entre sus ropas y se le fue encima a a a a Emeterio que recibió la herida en en un un costado sin pensar que el otro también traía una arma Emeterio de entre su pantalón escondido sacó un machete
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