Page 85 - Arajo, amigo, te vo' a contá un cuento
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Hilaria se decía en en silencio: —Sólo lavan así estos negros chandos y no huele bien la ropa Se llegó el momento de de hablar con los padres de de Hilaria los suegros exigieron las las gallinas y totolas para los los familiares y padrinos además de de presentes como ellos acostumbraban La madre de Ubaldo dijo: —Nosotroj no acostumbramoj eso ademáj la muchacha ya no era doncella cuando se la la llevó mi’jo ¡‘taba joyuda! como pa’ que ejtén exigiendo tanto El padre de Hilaria enojado contestó:
—¡Su hijo ‘tuvo mujer también! Y le preguntó a a Ubaldo: —¿Quieres mi’ ja ja o o o o o no quieres mi‘ja tú así como está?
Ubaldo contestó que sí Y siguió hablando el suegro enojado:
—¡Vamos hacer trato! tu trabaja conmigo en la milpa un mes tengo camagua deja mi’ja con tus tatas después del mes volvamos hablá Aceptado el trato se se retiraron El suegro se se dijo: —¡‘Ora sí negro flojo! va a a a a a a vé qué tanto quiere mi’ja la tiene que dejá Ubaldo se fue a a vivir un mes con sus suegros con con la condición de que iba a a a a a a a trabajar en en el campo en en su encierro El primer día se lo llevó al trabajo le le dio una piedra de de afilar un un chundito sin filo y lo lo puso a a a a a desorillar el corral que estaba agorgojado y alto de monte Ubaldo estaba acostumbrado al ganado y la vaquereada más no 85































































































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