Page 148 - Historia de la civilización peruana contemplada en sus tres etapas clásicas de Tiahuanaco, Hattun Colla y el Cuzco, precedida de un ensayo de determinación de "la ley de translación" de las civilizaciones americanas
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culinas, ocurrió el hecho singular de que el mandón (hombre) con-
tinuó recibiendo el título femenino de cullaca, equivalente de her-
mana, convertido más tarde en curaca, conversión que no alcanza
a borrar el aspecto femenino de su origen.
Se echa de ver que durante el lapso de tiempo que aquella
evolución demandó, los andinos buscaron un término que expre-
sase los siguientes conceptos: el que es mayor, el mayorazgo, el
que manda, y creyeron hallarlo, a falta de cosa mejor, en el tér-
mino curaca, simple modificación según venimos diciendo de cu-
llaca o hermana.
En esta forma se aclimataron en tierras peruanas las voces
antillanas cacique, cacica y cacicazgo, con detrimento de las voces
nativas equivalentes.
En la tercera parte de esta obra, consagrada a las razas e
instituciones específicamente cuzqueñas, trataremos de las man-
donas peruanas, gobernadoras de comunidades indígenas a título
de “hijas del trueno”.
Baste decir por ahora que las dichas mandonas, sin dejar de
ser las cullacas o “hermanas” de sus indios en la intimidad de
sus respectivos aillos, fueron conocidas con los siguientes nom-
bres alusivos de su mencionada condición de “hijas del trueno”:
Illapomas, o hijas del IUapa o del trueno.
Yapomas, igual significado.
Tallapomas, ídem.
Tallanas, ídem.
Tallancas, ídem.
Tallitas, ídem.
Apu-illanas mujeres-juez.
Capullanas, ídem.
Capullinas, ídem.
Caplinas, ídem.
Damos a continuación algunos ejemplos del empleo de una
de estas tales voces
De 1640 a 1703 gobernaron el curacato de Tarata, dependen-
cia que fué del curacato lacustre de Pomata, doña Isabel Illapoma