Page 206 - Resiliente
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La calle contigua está limpia, terminamos llenos de su líquido
viscoso cada uno de nosotros, no recuerdo que numero, pero
recién hemos terminado de mover los cuerpos a la fosa, asi la
lluvia se encargara de limpiar la calle, Camila, Cleo y Laura
están radiantes en victoria, y yo tengo que reconocer la fiereza
con la que lucharon hoy, no tuvieron miedo, ninguna de ellas.
Sandra por otra parte... creo que puedo identificar bien
a Sandra con lo que me pasa a mí, la furia con que golpeaba
a los zombies era tal que quede anonadado por ella, se había
convertido en una avalancha de odio y rencor, con aquel bate
comenzó a reventarles las cabezas.
También debo reconocer la habilidad que mire a Mauro y en
Máximo que ya es bastante conocida, debo admitir que los pre-
juicios que teníamos al principio se van desvaneciendo con cada
minuto que pasamos dentro de esta pesadilla.
Sin duda alguna, estamos perdiéndoles el miedo y queremos
ganarles el terreno, sin embargo, aun puedo ver su rostros
cuando cierro los ojos, de todos esos a los que mate incluyen-
do a mí misma madre, todos esos rostros que alguna vez fueron
humanos, personas con sus propias vidas y que ahora se han con-
vertido en aquellos desbarajustes humanos andantes.
Ahora todos estamos descansando en la paz del refugio, sin oír
los gemidos, solamente cubiertos en el compás de los truenos
y los rayos, la oscuridad ha sido más fuertes y las velas
se nos están acabando ya, vamos a tener que improvisar otro
medio de iluminación que no implique gastar las velas que nos
quedan por lo menos hasta tres días más, que es el plan para
ir a la ciudad por las medicinas.
Mauro está animado por comenzar a bloquear la calle, la faena
nos toca mañana por la mañana y hemos decidido tomar los
autobuses de viaje que se localizan en la pedregosa baja,
es su estacionamiento general.
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