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LÁGRIMAS DEL CORAZÓN

                      Es un regalo de enorme magnitud espiritual y una bendición
                  especial del Creador para con Su Mensajero.
                      La tercera frase dice:

                      “Paz sobre nosotros y sobre todos los siervos justos.”
                      De esta manera responde el Profeta (r) al saludo con el que
                  su Señor le había recibido. Vemos aquí la evidencia de la gran
                  compasión y misericordia del Profeta (r), quien menciona en su
                  súplica a todos los siervos justos.
                      El ángel Yibril (u), presente durante este diálogo entre
                  Allah y Su Mensajero (r) la noche del Miray, dijo:
                      “Doy testimonio de que no hay otro dios que Allah y de que
                  Muhammad es Su siervo y Mensajero.”

                      Este testimonio adicional de Yibril (u) resalta la importancia
                  del testimonio de fe en la Unicidad de Allah y confirma la
                  necesidad de incluir el saludo -sallalahu alaihi wa sallam- al
                  Profeta (r). Una súplica que contiene palabras articuladas por
                  Allah, por el Profeta Muhammad (r) y por Yibril (u) es
                  una bendición de gran envergadura y un excepcional regalo
                  Divino para la comunidad de Muhammad (r). Al pronunciarla
                  recibimos un beneficio que corresponde al grado de nuestra
                  perfección espiritual. El siervo debe pronunciarlo en estado de
                  máxima atención, como si estuviera en la presencia del Creador.
                  Al hacerlo, se estará esforzando espiritualmente para realizar la
                  salah que concuerda plenamente con las palabras del hadiz: “La
                  salah es el miray, ascensión, del creyente hacia Allah.”
                      Hay que decir que mantener la consciencia de estar en la
                  presencia de Allah desde el principio de la salah hasta su final
                  es un gran logro, difícil incluso para los más grandes siervos de
                  Allah. No obstante, tampoco debemos olvidar que contra más
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