Page 64 - LIBRO PALACE HOTEL MADRID
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del hotel descubrieron que se trataba del popular Cantin as, le indicaron que tan sólo les quedaba la suite más cara, ante lo que el actor mexicano pre rió trasladarse al Palace.
Si la presencia de actores iba en aumento, des- cendió, en cambio, la de los políticos, pues los únicos que recibían o acudían a banquetes eran los del régimen —Muñoz Grandes, Martín Ar- tajo, Carrero Blanco, Alonso Vega, Raimundo Fernández Cuesta, Fernando María Castiella, José Solís— que se cruzaban en los salones con escritores como Guillermo Díaz-Plaja, Eugenio Montes y César González Ruano, que intenta- ban recuperar el espíritu de las tertulias, en un momento en el que la desaparición de los cafés ponía en peligro esta institución.
Y si la década de 1950 había sido de despegue, con el boom del turismo en la década de 1960, el hotel se llenó de extranjeros tan famosos como el duque de Windsor, Giovanni Agnelli, Glenn Ford, Sophia Loren y Orson Welles. En los salones se cruzaban los grupos de extranjeros con persona- jes famosos como el Cordobés, Manuel Santana
y Santiago Bernabeu y con políticos en ascenso como Lora Tamayo, López Bravo, Navarro Rubio, Fraga Iribarne, Díaz Ambrona, Villar Palasí, Fer- nández Miranda y López Rodó. Por entonces, el incremento de huéspedes solía comenzar en abril, coincidiendo con la Semana Santa sevillana; en mayo se alcanzaba un alto grado de ocupación, que bajaba en agosto para volver a incrementarse en octubre, mes a partir del cual volvía a descen- der, pues la temporada de invierno era muy baja.
unaware of this unwritten rule, reserved a room in his name; when he arrived and the directors of hotel discovered their guest was the popular Cantin as, they told him that the only room available was the hotel’s most expensive suite, upon which the Mexican actor decided to stay at the Palace.
While the presence of actors increased, the num- ber of politicians fell, in view of the fact that the only ones who received or went to banquets were those belonging to the regime (Muñoz Grandes, Martín Artajo, Carrero Blanco, Alonso Vega, Raimundo Fernández Cuesta, Fernando María Castiella, José Solís), who passed in the hotel’s halls writers such as Guillermo Diaz-Plaja, Eu- genio Montes and Cesar Gonzalez Ruano, who attempted to recover the spirit of the intellectual gatherings at a time when the disappearance of cafes endangered this activity.
And if the 1950s were boom times, the rise in tourism of the 1960s  lled the hotel with such famous foreigners as the Duke of Windsor, Gio- vanni Agnelli, Glenn Ford, Sophia Loren and Orson Welles. The groups of foreigners crossed in the hotel’s halls famous people the likes of El Cordobes, Manuel Santana and Santiago Berna- beu, and rising politicians such as Lora Tamayo, Lopez Bravo, Navarro Rubio, Fraga Iribarne, Diaz Ambrona,Villar Palasi, Fernandez Miran- da and Lopez Rodo. At the time, the increase
in lodgers only began in April, coinciding with Seville’s holy week; occupancy rates were high in May and declined in August, after which they


























































































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