Page 1568 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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6. 12–7. 10               I Corintios                     1564
              sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espí-
           12 ritu de nuestro Dios. Todas las cosas me son lícitas, mas no
              todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me
           13 dejaré dominar de ninguna. Las viandas para el vientre, y el
              vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras
              destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino
           14 para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Y Dios, que levantó
           15 al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder. ¿No
              sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quita-
              ré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una
           16 ramera? De ningún modo. ¿O no sabéis que el que se une
              con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos
           17 serán una sola carne. Pero el que se une al Señor, un espíritu
           18 es con él. Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que
              el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica,
           19 contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuer-
              po es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el
           20 cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis
              sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro
              cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
           7     En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería
            2 al hombre no tocar mujer; pero a causa de las fornicaciones,
              cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio
            3 marido. El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y
            4 asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad
              sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el
            5 marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os
              neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo
              consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración;
              y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a
            6 causa de vuestra incontinencia. Mas esto digo por vía de con-
            7 cesión, no por mandamiento. Quisiera más bien que todos
              los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio
              don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro.
            8 Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera
            9 quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia, cá-
           10 sense, pues mejor es casarse que estarse quemando. Pero a los
              que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor:
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