Page 1611 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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1607                       Efesios                     4. 14–5. 2
          del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la esta-
          tura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños 14
          fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina,
          por estratagema de hombres que para engañar emplean con
          astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad 15
          en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es,
          Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre 16
          sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según
          la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento
          para ir edificándose en amor. Esto, pues, digo y requiero en 17
          el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan
          en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento ente- 18
          nebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en

          ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que 19
          perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para
          cometer con avidez toda clase de impureza. Mas vosotros no 20
          habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y 21
          habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está
          en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos 22
          del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos enga-
          ñosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos 23, 24
          del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santi-
          dad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad 25
          verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los
          unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol 26
          sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, 27, 28
          no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es
          bueno, para que tenga qué compartir con el que padece ne-
          cesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, 29
          sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de
          dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo 30
          de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la reden-

          ción. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería 31
          y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con 32
          otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios
          también os perdonó a vosotros en Cristo.
            Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y an- 5, 2
          dad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí
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