Page 1612 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
P. 1612
5. 3–27 Efesios 1608
mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragan-
3 te. Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se
4 nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras
deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen,
5 sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que
ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene
6 herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con
palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios
7 sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes
8 con ellos. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora
9 sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto
10 del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), compro-
11 bando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las
obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprended-
12 las; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en
13 secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia
por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que ma-
14 nifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes,
15 Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo. Mirad,
pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como
16 sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son ma-
17 los. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea
18 la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual
19 hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando
entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales,
20 cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando
siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de
21 nuestro Señor Jesucristo. Someteos unos a otros en el temor
22 de Dios. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, co-
23 mo al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como
Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su
24 Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así
25 también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos,
amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y
26 se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola
27 purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de
presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese
mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin