Page 4 - Contemplando
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con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús.
Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.
Unidos estamos bajo el celeste y blanco de nuestra Bandera, y los colores de
tu manto, para contarte que hoy falta el pan material en muchas, muchas casas,
pero también falta el pan de la verdad y la justicia en muchas mentes. Falta el
pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en los corazones.
Te pedimos, Madre, que extingas el odio, que ahogues las ambiciones des-
medidas, que arranques el ansia febril de solamente los bienes materiales y
derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la humildad, de la comprensión.
Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún Caín pueda plantar su
tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel inocente bañe con
su sangre nuestras calles. Haz, Madre, que comprendamos que somos herma-
nos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera. Que sufrimos
todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra espe-
ranza, alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano
digamos más fuerte que nunca: ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA, CANTA Y CA-
MINA!
En el mes de mayo de 1630, la imagen de la Virgen llegó a la Argentina proce-
dente de San Pablo. De acuerdo con la versión de los creyentes, en su venida,
la caravana con el encargue se atascó a orillas del río Luján, a 67 km de Buenos
Aires, en una hacienda. Al llegar el otro día los carreteros iban a proseguir con
el viaje, pero la carreta que llevaba la imagen no se movía, colocaron más bue-
yes, pero según el mito todo fue inútil, las dos imágenes estaban en el fondo
de la carreta en dos pequeños cajones. Retiraron una imagen y la carreta marchó
normalmente. Ellos creían que estaba ocurriendo algo milagroso. Al ver que la
Virgen no quería marcharse, se decidió llevar el pequeño cajón a la vivienda más
cercana, la de la familia de Don Rosendo de Oramas, ubicada en la actual lo-
calidad de Zelaya, del Partido del Pilar, a casi 30 km del actual emplazamiento
de la Virgen. Allí la imagen fue colocada en lugar de honra.
Enterados del milagro, muchos vecinos acudieron a venerar la imagen y,
al crecer la concurrencia, Don Rosendo le hizo construir una ermita donde per-
maneció desde 1630 hasta 1674. De hecho, hoy existe en aquel emplaza-
miento, conocido como Lugar del Milagro, un convento y una pequeña capilla
de adobe y piso de tierra –que puede visitarse– que recuerda a aquella ermita
que se erigió como primer santuario.
Se la llamó “La Virgen Estanciera” y la “Patroncita Morena”. Manuel era un
pequeño esclavo que venía con la caravana y fue testigo de lo sucedido;
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