Page 46 - Cuentos_CIMORT_2019
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Alan estaba disfrutando tanto su pequeña siesta que se quedó dormido. Estaba en el parque donde creció toda su infancia, vió columpios y resbaladillas, vió bicicletas, vió toda su infancia reflejada en ese árbol. Escuchó una voz a lo lejos que decía: - ¡Alan! ¡Alan! ¡Despierta!, ya se nos hizo tarde, tenemos que terminar de preparar el parque. Al siguiente día, continuaron con la construcción. Colocaron bicis, hamacas y columpios, hasta construyeron diferentes zonas para bebés, niños, adultos y abuelos. Después de un día largo de trabajo, Alex preguntó: - ¿Cómo se te ocurrieron tan buenas ideas? - Pues cuando nos acostamos junto al árbol y me quedé dormido, empecé a soñar. Soñé sobre el parque donde me encantaba ir de chico, recordé cómo era y me inspiré para hacer éste. - Pues viendo todo lo que logramos, estoy seguro de que ese parque del cual hablas era fantástico. - Sí lo era, hay que ir a dormir para mañana recibir a nuestros primeros visitantes. Cuando despertaron recibieron a sus visitantes y les mostraron el parque, les encantó. Los jóvenes fueron a pasear con las bicis y a jugar fútbol, los más viejos fueron a las hamacas o al bingo, cada quien podía ir a donde quería, hacer lo que quería y luego seguir con su camino al descanso, pero Alan se sentía extraño porque ya sabía que éste era su fin, aunque quién pensaría que el fin no es malo. Alan pensaba que no podría seguir con su “vida”. Aunque esté muerto, él puede seguir cuidando y dando a entender a sus visitantes que la muerte sólo es una de las etapas que tiene la vida. FIN  46   


































































































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