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social, cultural y político de cada individuo de acuerdo con su propia opción, disponiendo para
ello de posibilidades de participación, de decisión y de establecimiento de relaciones sociales.
Además de estas dimensiones, la calidad de vida se asocia también con otros dos aspectos
fundamentales: promover sistemas de producción y consumo más sostenibles, y el
fomento de políticas demográficas apropiadas.
El progreso social, en síntesis, significa la dimensión cualitativa del desarrollo y plantea un
amplio abanico de materias que remiten a la calidad y acceso a los servicios públicos básicos,
al papel de las comunidades locales (Principio 22) y el refuerzo de las capacidades endógenas
(Principio 9) y a la participación de las comunidades en el desarrollo, concediendo una especial
referencia a determinados colectivos como las mujeres (Principio 20) o los jóvenes (Principio
21).
Por otro lado Sostenibilidad es sinónimo de garantía de continuidad y de permanencia en lo
que se refiere a niveles deseables de calidad de vida y de relación con el medio. Se vincula a
la capacidad de los sistemas para consumir recursos y generar residuos por debajo de la
capacidad del medio para regenerarse y servir como sumidero.
El desarrollo sostenible ampara el derecho a aprovechar los recursos según políticas
ambientales y de desarrollo sin causar daño a terceros, con el deber de su uso racional y una
gestión prudente. No se trata solamente del objetivo de conservar y preservar el medio, sino
también, cuando sea posible, de su recuperación y restauración. Asociados a estos
objetivos, aparecen otros elementos como el de recursos renovables y no renovables, el
concepto de irreversibilidad de algunos procesos de explotación o de transformación y el de la
capacidad de asimilación de los efectos.
En otros términos, tener en cuenta todos los efectos que tienen sobre el medio ambiente todos
los pasos del proceso productivo: extracción y uso de materias primas; fabricación y
eliminación. La reutilización, el reciclaje y la recuperación son prácticas dirigidas a alargar el
ciclo de vida, proporcionar, además, una nueva fuente de producción sin agotar las materias
primas. Son factores de una "economía ambiental" que aspira a la definición de principios e
instrumentos de análisis económico orientado a una gestión eficiente y sostenible de los
recursos naturales.
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