Page 17 - Diego Agüero - El Diario de Jeremy
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—Todo el puto diario está vacío ¿Por qué me pasa esto? -decía con lágrimas en los ojos,
                  rindiéndose frente a la parálisis de las piernas.

                   Se le observaba de rodillas, como rendido, sin ninguna expresión en el rostro, la parálisis lo
                  seguía consumiendo. El pecho volvía a cerrarse y el aire se le escapaba de los pulmones. Ya no
                  podía hacer nada más que dejarse llevar.

                  El diario cayó de sus manos tiesas, dejando ver una frase que decía:  “Ya ha terminado su
                  tiempo en el limbo, espero que lo hayas disfrutado".

                  Cuando cayó al piso, lo miró y vio la frase. Entonces empezó a recordar todo lo que había
                  pasado, mientras cerraba los ojos. Comenzó a sonar la misma música instrumental que había
                  escuchado en el vídeo y  él se levantó .El diario voló a sus manos e inició la caminata marcha
                  atrás. Todo parecía una película.

                  Volvía de espalda a la casa para luego observar el televisor apagado y volver de nuevo a la
                  cama del niño a acostarse, a levantarse, a caminar de espaldas, a ir hacia afuera y a tirarse al
                  piso mientras cerraba los ojos. Cuando se levantó fue a buscar el diario y empezó a leer. Dejó
                  de leer y se acostó en el suelo una vez más.

                  Dos de las casas se desaparecieron a excepción de la casa en la que el se había metido antes.
                  En reemplazo de las faltantes, habían varios edificios  El lugar se había convertido en una
                  ciudad, había gente, perros, autos y todo lo que no había antes. Solo que ahora todo eso
                  estaba inmóvil.

                  Él despertó y se levantó del piso mientras seguía caminando de espalda, mientras sostenía el
                  diario y el tatuaje de su mano desaparecía. Esquivó a toda la gente hasta llegar a la casa donde
                  la puerta se abrió como por arte de magia. Estaba dentro de la casa. Se tiró al piso boca abajo
                  mirando hacia la puerta, esperando que alguien volviera, aunque la puerta se cerraba
                  lentamente de la misma forma en que se había abierto.

                  El color gris empezaba a cambiar por los colores correspondientes de las cosas de ese lugar, la
                  gente empezaba a caminar normalmente, al igual que los perros y también los autos.

                                                                                                     Jeremy

                                                         Fin…

                                              (Teclas de máquinas de escribir)

                  Al fin pude terminar mi diario, me costó demasiado, nunca creí que haría algo así. Pero lo
                  logré, es raro hablar solo pero esta es la vida de un escritor. Me siento algo cansado, creo que
                  me iré a dormir un poco, así que nos vemos y adiós.






















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