Page 209 - Arquitectos del engaño
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Planes siniestros entre bastidores


               Ya en 1.938, el Presidente Roosevelt aumentó la producción de aviones militares de 10.000 a 20.000
        y a 50.000 en mayo de 1.940. Los Estados Unidos no estaban en guerra, pero se estaban preparando para la
        guerra.
               El almirante James O. Richardson en un análisis llegó a la conclusión de que sería mejor para los
        Estados Unidos, si Hitler atacaba primero a Stalin. En San Diego en mayo de 1.941 se decidió que Hitler
        debería atacar a Stalin y no al revés. Esto sería más beneficioso para los intereses de la élite masónica. (Igor
        Bunich, "El oro del partido", San Petersburgo, 1.992, p. 133).
               Gran Bretaña tenía planes para ocupar Noruega y Dinamarca en abril de 1.940. Hitler contraatacó y
        ocupó los países el 9 de abril de 1.940. Las fuerzas de ocupación británicas ya estaban en marcha. Hitler se
        había opuesto a la invasión, pero su jefe de la marina Erich Raeder demostró que Inglaterra había avanzado
        los planes ignorando la neutralidad noruega y minando las aguas noruegas. Esto queda claro en el libro "Den
        nionde april" ("El nueve de abril"), de Michael Tamelander y Niklas Zetterling, publicado el año 2.000.
               Al  comienzo  de  la  Segunda  Guerra  Mundial,  Winston  Churchill  había  adelantado  los  planes  de
        ocupar el norte de Suecia para evitar que llegara hierro sueco a los alemanes. En un informe secreto con
        fecha 20 de diciembre de 1.939 se afirma que "el hierro sueco sería un factor decisivo para la guerra y la
        victoria  caería  del  lado  de  quien  finalmente  pudiera  controlar  estas  vitales  minas".  Churchill  pretendía
        construir una base naval británica en Estocolmo. El resto del gabinete y el ejército dudaron, y el ataque a
        Suecia fue aplazado varias veces. Hitler, sin embargo, tenía la intención de llegar en primer lugar, como lo
        había hecho tanto con Noruega como con Dinamarca.
               El 30 de abril de 1.945, Churchill deseaba al menos prepararse para dar apoyo militar a los suecos
        desde Noruega en caso de que las tropas de ocupación alemanas se negaran a rendirse, cuando el resto de las
        tropas nazis depusieran las armas (Dagens Nyheter, 25 de mayo de 1.987). Los aliados tuvieron corredores
        aéreos seguros a través de Suecia durante toda la guerra.
               Stalin había planeado un ataque en territorio de Hitler (La Operación Trueno), a pesar de que había
        purgado a los mejores líderes del Ejército Rojo. El ataque tuvo lugar el 6 de julio de 1.941. Cuatro días
        después, el 10 de julio, el ataque había terminado. El alto mando del Ejército Rojo ya había recibido el 21 de
        junio (el día antes del ataque de Hitler), órdenes de atacar Rumania el 6 de julio de 1.941. El comandante de
        esta operación debía ser el Mariscal Semyon Timoshenko. Él suponía que tenía que ir a Minsk el 22 de junio
        para preparar el ataque, en el que se debían movilizar 4,4 millones de hombres. Pero los alemanes atacaron
        primero.
               Stalin  quería  forzar  el  paso  a  través  de  los  países  capitalistas  como  un  rompehielos  y  ocupar  los
        territorios  en  poder  de  Hitler,  después  de  convertir  a  toda  Europa  en  comunista,  según  los  libros  "El
        rompehielos" (Moscú, 1.992), "El día M" (Moscú, 1.994) y "La última República" (Moscú, 1.996), todos
        ellos escritos por el agente desertor de la GRU Viktor Suvorov (en realidad Vladimir Rezun).
               Junto al ataúd de Lenin, Stalin había prometido ampliar las fronteras de la Unión Soviética (Pravda,
        30 de enero de 1.924). El 19 de agosto de 1.939, Stalin ya había tomado la decisión final sobre el inminente
        ataque a Europa (Viktor Suvórov, "El día M", Tallin, 1.998, p. 23). Suecia también era un objetivo para ser
        ocupada y sovietizada.
               Los espías de Hitler habían advertido a Berlín contra el ataque de Stalin y el 18 de diciembre de
        1.940, Hitler emitió la orden nº 18, a fin de preparar un plan para un primer ataque contra la Unión Soviética
        el 16 de mayo de 1.941, la Operación Barbarossa.
               El 11 de marzo, la Unión Soviética decidió llevar a cabo el ataque el 12 de junio de 1.941 (Mikhail
        Meltiukhov,  "La  oportunidad  perdida  de  Stalin",  Moscú,  2.000,  p.  283).  El  30  de  abril  de  1.941,  Hitler
        cambió la fecha del ataque al 22 de junio. El 9 de mayo, Moscú ignoró los rumores de las concentraciones de
        tropas en las fronteras occidentales.
               El  17  de  mayo,  las  autoridades  soviéticas  prohibieron  a  todos  los  periodistas  extranjeros  y
        diplomáticos que visitaran las fronteras occidentales de la unión. Tras la huida de Hess a Escocia, Stalin
        aplazó los planes para atacar. El 24 de mayo el mando militar soviético se decidió por una nueva fecha para
        el ataque, 6 de julio de 1.941. El 10 de junio dieron órdenes a la Wehrmacht de comenzar el ataque a la
        Unión Soviética el 22 de junio.
               Gran  Bretaña  trató  de  calmar  a  la  Unión  Soviética,  con  la  promesa  de  acudir  a  ayudarla  contra
        Alemania. Stalin recibió la información directamente desde Londres sobre el previsto ataque alemán. Pero
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