Page 38 - Cuco
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- Una clase con antifaz-


          El día 28 de febrero, con motivo de la cercanía del carnaval, nuestro ciclo formativo de Atención a
          personas en situación de dependencia (APSD) ha decidido celebrar un día diferente, nos han explicado
          que uno de sus módulos es Atención y apoyo psicosocial, y en él trabajan, además de los cuidados
          físicos que exige cada persona, todo lo relacionado con su bienestar emocional, y en este sentido se les
          enseñan a los alumnos muchos contenidos relacionados con la animación a personas en situación de
          dependencia.
          Por todo ello este año, tomando como excusa la celebración del carnaval, han decidido recrear una
          jaima del desierto en el aula, me imagino los preparativos: construir la jaima, buscar vestimenta para
          alumnos y profesores, así como todo el ajuar típico de estas casas… Un arduo trabajo de investigación,
          sin duda, llevado a cabo por profesores y alumnos, que incluía desde las comidas típicas hasta los ritos
          de bienvenida y despedida a los posibles invitados…
          Y lo mejor de todo es que los invitados fuimos los profesores del centro, entre los que tuve el gusto de
          estar, y por tanto voy a contar mi experiencia, llegamos a la puerta de la jaima y una alumna
          convenientemente ataviada nos salió a recibir y nos explicó en qué consistía la ceremonia en la que
          íbamos a participar (la ceremonia del té), también nos advirtió que, por deferencia al origen de los
          invitados, habían adaptado parte de la comida que nos iban a ofrecer al gusto occidental, puesto que
          consideraron que no a todos nos iba a gustar la comida árabe; nos dieron las instrucciones previas para
          entrar, lo primero descalzarnos y luego esperar a que los “anfitriones” nos diesen la bienvenida, que
          consistía en el típico saludo y un vaso con leche y un dátil como símbolo de acogida, a continuación nos
          pasaron al interior de la jaima y allí nos acomodaron en mullidos cojines y nos fueron ofreciendo
          distintas comidas y bebidas, además de su amena conversación, en lo que acabó siendo una agradable
          tertulia….. Pero como todo en el instituto acaba con el sonido del timbre, hubo que volver a clase, no
          sin que antes nos obsequiaran con la ceremonia de despedida, que consistió en tomar un poco de sal de
          un cuenco y ponérnoslo en los labios y a continuación beber un sorbo de agua, como símbolo de
          agradecimiento por la visita y en espera de otra nueva.
          Así pues, por nuestra parte solo nos queda agradecer al Departamento tanto la idea como la invitación,
          iniciativas así hacen los días de clase distintos, y de lo distinto es de lo que mejor aprenden nuestros
          alumnos. ¡Felicidades!







































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