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Viaje Erasmus+
         Esta movilidad del programa Erasmus+, financiada por la UE, duró desde el sábado 28 de abril hasta el
         domingo 5 de mayo. Los viajes de este proyecto están dedicados principalmente al aprendizaje de la
         cultura del país que escogemos (entre los que colaboran con nosotros) y a mejorar nuestro nivel de
         inglés. Yo escogí Italia.
         El itinerario desde Cangas a Italia estaba muy claro:
         Salida en autobús a las 7:30 hasta el aeropuerto de Ranón.
         Vuelo a las 11:00 a Madrid.
         Vuelo a Florencia a las 17:00
         Autobús de Florencia a Macerata, ciudad donde nos hospedamos.
         El viaje iba muy bien; pero cuando llegamos a Florencia tuvimos un problema: el autobús que nos
         esperaba era de 11 plazas y nosotros éramos 12. Conclusión, tuvimos que esperar una hora y media para
         que contactaran con un taxi para que supliera la plaza que se necesitaba. Después de dos horas y media
         de trayecto, llegamos a Macerata. El autobús nos dejaba en el hotel donde se quedarían las profesoras
         (Elena, jefa de estudios y María Cabezas). Allí tuvimos el primer encuentro con la familia y nos llevaron a
         casa.
         El domingo, la familia me despertó a las 8 de la mañana y me dijeron que me preparara, que íbamos a
         misa. Yo me puse un chándal para estar cómodo y, al terminar la misa, cogimos el coche por 2 horas y
         ellos sin decirme nada. Terminé en un restaurante y al entrar, me di cuenta de que estaba en un
         bautizo… ¡y yo en chándal, toda la gente con traje, camisa, corbata y yo, con un chándal y unos playeros
         de sport! Pasé algo de vergüenza; pero la comida estaba espectacular y al final me invitaron a sacar una
         foto con el bebé. Al día siguiente, teníamos que ir al colegio a que nos dieran la bienvenida y
         presentarnos a los demás integrantes del grupo Erasmus+: polacos, letones, italianos y españoles
         fuimos recibidos por los profesores y la directora del centro. Posteriormente, tuvimos una demostración
         de cómo se jugaba a un deporte antiguo llamado “pallone al bracciale”, que es parecido a la pelota
         vasca pero emplea un utensilio parecido a un guante que sujetas por dentro para golpear a la pelota. La
         tarde la pasamos con las familias.
         El martes tuvimos una visita guiada por el centro de Macerata y por la tarde estuvimos en las ciudades
         de San Severino y Treia, que tiene unas vistas impresionantes en lo alto de la ciudad.
         El miércoles fue 1 de mayo, día que también es festivo en Italia, por lo que lo pasamos con las familias.
         Mi compañero Carlo me llevó a la casa del lago de uno de sus amigos para pescar y comer una parrillada.
         Los demás españoles estuvieron en una fiesta parecida al Martes de Campo de Oviedo. Yo me lo pasé
         muy bien en el lago, ya que pescamos unos cuantos peces y la parrillada estaba muy buena.
         El jueves fuimos de excursión: visitamos las cuevas de Frassasi y Sirolo, una ciudad costera donde
         tuvimos la oportunidad de bajar a la playa.
         El viernes hicimos una ruta por la montaña (en Macereto, dentro del Parque Nacional de los Montes
         Sibilinos) y participamos en un concurso de fotografía de paisajes. Los guías nos iban explicando cuáles
         eran las plantas que nos encontrábamos. Más tarde asistimos a un laboratorio de perfumes en el que
         pudimos crear nuestro propio perfume con los ingredientes que nos daban. El día terminó con un acto
         en el que cada una de las delegaciones actuaba interpretando bailes o canciones de su país.
         El sábado fuimos al colegio (ya que en Italia se asiste a clase los sábados) y trabajamos con una
         impresora 3D. Era la primera vez que la mayoría de nosotros veíamos una. En Italia sí es frecuente que
         haya impresoras 3D en los centros.
         Por la noche nos reunimos todos los alumnos para tomar algo y así despedirnos, entre muchos abrazos.
         El domingo tocó volver a casa. El año que viene volveremos a convivir durante unos días con nuestros
         compañeros, pero esta vez en nuestra casa.
         Ginés Rodríguez Martínez, 1º de Bachillerato A
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