Page 216 - Frankenstein, o el moderno Prometeo
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[9] Por tal motivo, el hogar de William Goodwin se transformó en improvisado centro
de reuniones de todos ellos. Por ejemplo, se sabe que en la amplia biblioteca de la
casa Coleridge recitó por primera vez su extraordinario poema Rima del anciano
Marinero (Rime of Ancient Mariner, 1798) ante el contenido silencio de una
jovencísima Mary Shelley en compañía de sus hermanas. A modo de anécdota,
destacar que Coleridge siempre guardó un terrible recuerdo de tan tiernos oyentes:
«… el cadavérico silencio de los niños de Godwin, bastante siniestro». <<
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