Page 182 - En El Patio Flip Book
P. 182

Arlette Pichardo Muñiz
El diálogo trans disciplinar, un espacio por excelencia para la emergencia del gozo intelec- tual “que ocurre en el momento exacto de una comprensión o de una nueva intuición”. La expresión «nueva» tiene dos sentidos: cuando es para una persona en particular (divulgación y comunicación) y cuando es para cualquier persona en general (Wagensberg, 2015a: 23-25, comillas del autor). Tres fases sucesivas pero no disjuntas, hacen posible su emergencia: el estímulo, la conversación y la comprensión o intuición.
Durante la primera fase, el estímulo predomina y no necesariamente preexiste a la con- versación y a la comprensión. Desencadenante del proceso cognitivo (o de aprendiencia) sirve para pasar de un estado de ánimo a otro, donde se decide qué se quiere conocer (o aprender). También hay estímulos para conversar, para comprender o por haber comprendido y para intuir o por haber intuido.
El escenario idóneo del estímulo está inmerso en la percepción, que, al decir de Marina es la más elemental dotación de sentido (1993). Al respecto, Bohm habla de propiocepción, percepción de la persona misma, que permite hacer una distinción funcional entre las acciones que se originan en el cuerpo (por ejemplo, experimentar agresividad en actuar, ya sea física, verbal o gestual) y las que proceden de terceras personas o del medio en general (1988/1980).
En la segunda fase es decir, en la conversación, predomina que es animada por estímulos y comprensiones previas. Es el centro de gravedad de la adquisición del nuevo conocimiento (aprendizaje). Hay tres clases de conversaciones: con la realidad (ver, mirar, observar, experi- mentar...), con otras personas (charlar, dialogar), y con la propia persona (pensar, reflexionar). De hecho, una buena conversación es la que acepta “la regla elemental de escuchar antes de hablar y de hablar después de escuchar” (Wagnesberg, 2015a, p. 43). El gozo asociado ocurre cuando se cambia de círculo (aunque más bien la metáfora apropiada es la forma de una hélice o de una cicloide), y sí se vuelve al mismo lugar se convierte en un círculo “vicioso”.
En la tercera fase, cuando le corresponde predominar a la comprensión y a la intuición, se trata de nueva comprensión que se da en alguna clase de conversación, que es la que ensarta todo el proceso cognitivo de principio a fin, excepción hecha del propio fin, del mismo gozo intelectual. La comprensión es caer en la mínima expresión de lo máximo compartido, es decir, en lo común entre lo diverso, en cierta esencia, oculta o no, en un bosque de matices. La intuición es experimentar un roce entre dos estados, un roce entre la incertidumbre resuelta y la incertidumbre por resolver, un roce entre lo percibido por primera vez y lo percibido por segunda vez, un roce entre lo comprendido y lo que se pretende comprender, entre lo ocurrido y lo que aun ha de ocurrir, entre lo ocurrido aquí y lo ocurrido allí. Es una especie de revelación de la propia mente, y se reconoce entre otras cosas, por el gozo intelectual que trae “debajo del brazo” (Wagensberg, 2015a: 23-43).
Se agradece a Jorge Wagensberg, físico y museólogo, la nutritiva conversación en la biblioteca de su casa en Barcelona.
182
«nuevo»
«nuevo»


































































































   180   181   182   183   184