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Sueña y escribe

imposible de encontrar, sobre todo para alguien que

ni siquiera era profesional. Aunque yo sabía que no
tenía todo el conocimiento al respecto, no me rendí,
sabía que para lograr cosas grandes debía confiar en

mí mismo y hacer las cosas sin dudar en mis
capacidades. Pasaron tres semanas y mi padre
Jorge salió a comprar el mercado, al llegar nos

cuenta que un hombre le había estornudado en
todo su rostro, estaba muy angustiado ya que lo

más probable era que este hombre estuviera
contagiado por Sarcor, pasaron cinco días y mi
padre se encontraba pálido y muy débil. Mi madre

decide llevarlo a la clínica, cuando regresan me
confirman lo que temíamos, mi padre tenía Sarcor y

no había nada qué hacer, mi ojos revelaron mi
miedo, sabía que yo debía hacer algo con mis
experimentos. Había creado más de ocho pociones
con las que iba a comprobar cuál podría ser la

posible cura para mi padre. Las pociones estaban
encima de una tabla con etiquetas que informaban

los componentes que contenía cada poción, al ver el
estado en que estaba mi padre, decidí exponerme a
salir a hurtadillas por la noche, necesitaba encontrar

personas infectadas y experimentar a través de ellos
el comportamiento de cada poción en sus

organismos. Eran ocho variables de poción, por lo
tanto eran ocho grupos de individuos a observar. Al
cabo de una semana salgo de casa para ver los

grupos contagiados, cuando observo que el grupo
tres mostraba una mejoría de casi un 100. Ya lo
había comprobado y era la hora de ayudar a mi

padre. Me dirigí de inmediato a casa y cuando llegué
veía que mi padre estaba cada vez peor junto a mi

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