Page 170 - Marketing Farmaceútico | Gregorio Zidar

algún momento de una de las tantas reuniones, el francés, ya fastidiado, bocetó la cabeza de Suárez y la llenó de clavos. Cuando el dueño del laboratorio la vio, no tuvo dudas: aprobó inmediatamente la idea. Esa es una versión.
La otra dice que copiaron la cabeza de Marcelo T. de Alvear, presidente del país en aquella época. Hay que reconocer el parecido del mandamás radical con la imagen clásica de Geniol. De todas mane-ras, en 1994, el hijo de farmacéutico despejó las dudas al confirmar, ante un grupo de publicistas, que la cabeza dibujada por Mauzan era la de su padre.
Así como el mérito de la Aspirina fue convertirse en la marca genérica más famosa de la historia farmacéutica mundial, el de Geniol fue traducir su mensaje a través de la imagen más célebre de la industria local. Ver la cabeza con clavos es remitirse instantáneamente a la marca, un logro mayúsculo, producto de la magia del marketing.
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Durante los años 30, atacaron varios frentes para posicionar la marca. Fueron asiduos anunciantes en programas radiales e incluso donaron un equipado con- sultorio médico a la sede de la Asociación de Fútbol.
Por otro lado, crearon la “Copa Geniol”, un torneo de ajedrez muy popular en aquel tiempo. Auspiciaron conciertos y hasta una caza del tesoro femenino, una búsqueda de premios en automóviles que tenía como requisito que los mismos fueran manejados por mujeres.
Hacia 1934 se convocó a un concurso de poesía en donde la obra ganadora ob- tuvo como premio una caja de cien píldoras. El galardón fue para Aurora Suárez, quien tenía el mismo apellido del dueño de la compañía, aunque no estaban em- parentados. Aurora escribió una poesía que en un fragmento decía: “Venga del aire o del sol, del vino o de la cerveza, cualquier dolor de cabeza, se corta con un Geniol”. Se llegó a decir que la voz en el jingle pertenecía a Carlos Gardel.
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