Page 171 - Marketing Farmaceútico | Gregorio Zidar
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  Sin embargo, era un mito (evidente- mente a la marca la acompañaron mu- chos mitos, lo que le otorgó cierta mís- tica) ya que el cantante fue Juan Catán. Así eran aquellas publicidades que, con sus figuras retóricas y eslóganes, esta- ban dispuestas a vendernos el producto y a perdurar en la memoria colectiva.
Si bien la marca contenía ácido acetilsa- licílico (hoy pertenece a Elea y su prin- cipio activo es paracetamol), indicado como antiinflamatorio, analgésico y an- tipirético, desde un principio Geniol se posicionó para el dolor de cabeza. Los carteles “Geniol corta el dolor”, con la imagen tan característica de la cabeza con clavos, se hicieron muy populares. La metáfora gráfica de la migraña ya estaba instalada.
| El novedoso sistema de distribución
A diferencia de la competencia, que solo comercializaba sus productos a través de las droguerías, Laboratorios Suarry los vendía en forma directa a farmacias (una práctica habitual el día de hoy, pero todo una innovación para aquellos tiempos).
En cada uno de estos negocios, distribuían cajas de doscientos comprimidos, que venían con una nota: “Véndalos y pague después”. Y, para rematar, comprometieron la fidelidad de los farmacéuticos ofreciéndoles acciones de la compañía.
Potenciaron la estrategia comercial a través de la publicidad y del envase. Geniol comenzó a venderse en grupos de cuatro píldoras (dosis, le decían) que venían en un novedoso envoltorio patentado por la compañía. Se trataba de un pequeño cuaderno de bolsillo que denominaban “librito”, mediante el cual entregaban al cliente información acerca de las utilidades del fármaco.
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