Page 192 - Marketing Farmaceútico | Gregorio Zidar
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de la sociedad. Se suponía que en un mundo tan competitivo “no había lugar ni tiempo para personas depresivas”.
Aparte de haber encontrado una fórmula con efectos secundarios menores, el gran acierto de la organización fue la marca elegida: Prozac estaba lejos de cualquier cosa que pudiera asociarlo con un químico o una enfermedad men- tal. Un nombre corto y con fuerza positiva (Pro), justo para inspirar y devolver la alegría a los pacientes. Según algunos análisis etimológicos, Prozac quiere decir el “primero en reír”, ya que “Pro” puede venir del prefijo griego Protos, que indica primero, mientras que “Zac” puede relacionarse con Isaac -Itzjak, en he- breo- que significa risa.
David Healy, profesor de la Universidad de Cardiff y autor del libro “Déjenlos comer Prozac” asegura que “el factor que hizo que Prozac fuese popular no fue su potencia –que en realidad no era tanta– sino su buena y estudiada comer- cialización”.
Otros libros, como “Más Platón y menos Prozac”, películas (“Nación Prozac”) o portadas de prestigiosas revistas lograron que se hablara de la marca en forma mundial. Tal ha sido su populari- dad que ha dado título a canciones y muchas celebridades de Hollywood han confesado que lo tomaban.
Pocas veces una marca farmacéutica acaparó toda la portada de Newsweek.
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