Page 25 - Marketing Farmaceútico | Gregorio Zidar
P. 25
| La industria en Argentina
En países periféricos como Argentina, Brasil y México, hubo una incipiente ex- pansión farmacéutica en la década del 20. En dicho período, la elaboración de productos biológicos, vacunas, sueros y algunas materias primas básicas como hormonas derivadas de la producción agrícola y ganadera y de productos natu- rales, comenzó a desarrollarse a gran escala. Tal es así que la producción de insulina en la Argentina se inició en 1924, poco después que en Estados Unidos.
Típicamente, los laboratorios de estos países utilizan materias primas de origen importado (China e India a la cabeza) y realizan una escasa actividad de I+D.
Yendo concretamente a la Argentina, el objetivo es revelar sus rasgos estruc- turales. Nos encontramos con un mercado competitivo y atomizado (el líder Roemmers captura tan sólo el 9% del mismo). Existen más de 300 laboratorios y los de mayor envergadura son Bagó, Elea, Casasco, Baliarda, Montpellier, Gador y Raffo.
Nuestro país es un caso único en el mundo por la particularidad de que las firmas locales venden más unidades que las extranjeras, siendo este un fenó- meno multicausal.
En primer lugar, la mano de obra es altamente calificada. Argentina ha formado grandes médicos (Favaloro) y acreedores del premio Nobel (Houssay, Milstein, Leloir). El alto nivel de conocimiento científico en biociencia se refleja en la ca- pacidad del sector público y de los organismos nacionales de generar constantes innovaciones. Por ejemplo, el interferón comenzó a producirse “artesanalmente” en la empresa Inmonoquemia, formada por investigadores del CONICET (Con- sejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), y en el Instituto Roffo de la Universidad de Buenos Aires.
El Grupo Insud es otra evidencia concreta del capital humano capacitado. Junto con Elea y Chemo, integra un consorcio público-privado para el desarrollo y la producción de anticuerpos monoclonales para uso terapéutico. El consorcio in- cluye a instituciones públicas de primer nivel, como el laboratorio de oncología molecular de la Universidad Nacional de Quilmes y el centro de biotecnología del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial). El apoyo del fondo sectorial de biotecnología del Ministerio de Ciencia y Tecnología fue una pieza esencial para tamaño logro.
25