Page 30 - Marketing Farmaceútico | Gregorio Zidar
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vivos, de ahí su nombre. No obstante, en 1828, el químico alemán Friedrich Wöhler calentó un compuesto inorgánico, el cianato de amonio, y consiguió producir urea, que anteriormente sólo se había conseguido aislar a partir de la orina. Este hallazgo revolucionario hizo que se intentaran sintetizar otros com- puestos orgánicos.
| El papel de Alemania
Pocos países en el mundo han tenido una influencia tan decisiva en el desarrollo moderno de la humanidad como Alemania. Su rol en la evolución de la industria de la salud fue clave y ese protagonismo aún perdura en la actualidad.
El primer fármaco sintético fue la acetofenidina, comercializada en 1885 como analgésico por la empresa Bayer, bajo la marca Phenacetin. El paracetamol de- rivó posteriormente de aquel compuesto.
La verdadera revolución se daría en 1899, cuando se empezó a comercializar el ácido acetilsalicílico, sintetizado de forma pura por el doctor Felix Hoffmann. Esta molécula se hizo conocida en todo el mundo bajo la marca Aspirina, propie- dad de Bayer. Supuso un tratamiento nuevo y eficaz para los dolores reumáticos.
Más aún, el primer principio activo que curó una enfermedad infeccio- sa que causaba una gran mortali- dad fue la ‘bala mágica’ del bacte- riólogo alemán Paul Ehrlich, quien estaba convencido que el arsénico era la llave para curar la sífilis. En 1910, fabricó la arsfenamina, que restablecía plenamente a los ra- tones infectados en las pruebas de laboratorio. La empresa química Höchst AG comenzó a vender el fármaco en varios países, bajo el nombre comercial de Salvarsán. La arsfenamina significó la intro- ducción a la quimioterapia.
Sir Alexander Fleming en un sello de las Islas Feroe.
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