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JUSTIFICACIÓN
U
na de las características de la persona humana es su sociabilidad. De allí, entonces
que no podamos vivir solos sino rodeados de otras personas formando sociedades.
Es en el medio social donde hombres y mujeres nos desarrollamos como personas
humanas cada individuo forma parte de numerosas agrupaciones sociales: la escuela, el
club deportivo, la junta de vecinos, el sindicato, el comercio, los grupos religiosos, los
partidos políticos, entre otros.
Esta idea está presente cuando se forma una sociedad, una organización de personas.
Cuando las costumbres, la cultura, el entorno geográfico y los lazos afectivos unen a un
grupo humano se habla de comunidad de individuos. Tanto en las sociedades como en las
comunidades existen normas y reglas que facilitan la convivencia, de no ser así, la vida
entre varias personas con distintas características, intereses, ideas, etc., es difícil de llevar,
especialmente cuando se debe respetar los derechos y deberes que cada uno tiene por igual
y asumir con responsabilidad los procesos de sociabilidad.
Para La Institución Educativa Instituto Tebaida el concepto de educación ciudadana no se
refiere exclusivamente a los procesos en los que el individuo aprende a cumplir con las
normas sociales y a comportarse como miembro de una sociedad. La idea de formar
ciudadanos va mucho más allá. Involucra el desarrollo moral del individuo y el concepto de
ética que debe asumir cada uno en su proyecto de vida, las relaciones con los otros y con el
medio ambiente.
El Instituto Tebaida invita a los actores de la Comunidad Educativa a comprometerse con el
ejercicio de la democracia y de la ciudadanía, como un modo de vivir, de entender la
relación con los otros, de comportarse y organizarse coherentemente con base en los
valores del respeto, la solidaridad, el amor y la cooperación.
La Educación tiene un papel fundamental en la formación del ciudadano para la
convivencia pacífica. Por eso se requiere una reflexión constante del maestro acerca de su
labor y manejo adecuado de la autoridad que la sociedad le ha confiado.
La escuela puede y debe ser un óptimo instrumento para el logro de la paz, la democracia,
la convivencia y el respeto a los derechos humanos. Además, debe educar simultáneamente
a los padres de familia y/o acudientes en estos valores. Se requiere trabajo con ellos para
que los conocimientos y las prácticas democráticas que puedan alcanzar los niños en la
escuela, no se pierdan, ya que su formación se realiza en todos los ámbitos: hogar,
comunidad y relaciones con el entorno.
Más que formar hombres que repitan y transmitan conocimientos, el país necesita personas
que amen la democracia y defiendan la paz. Por lo tanto, a ello debe apuntar la educación.
La democracia hay que asumirla como una manera de expresarnos, escuchar y plantear
alternativas.
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