Page 7 - Auge y caída del antiguo Egipto
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Nota sobre los nombres propios
Los nombres de los personajes y lugares del antiguo Egipto se transcriben, según
el uso contemporáneo, en la forma que más se aproxima a la original (cuando se
conoce), excepto en aquellos casos en que la forma clásica de un topónimo ha
dado lugar a un adjetivo ampliamente utilizado: de ahí el uso de Menfis (y
menfita) en lugar de la forma Mennefer o la más antigua Ineb-hedy; Tebas
(tebano) en lugar de Uaset; Sais (saíta) en lugar de Sa, o Heracleópolis
(heracleopolitano) en lugar de Nennesut. Para facilitar las referencias, tras la
primera mención de un topónimo antiguo en el texto se incluye el equivalente
actual entre paréntesis, y también se dan los equivalentes antiguos de los
topónimos clásicos.
Por razones de accesibilidad, los nombres de los gobernantes persas y griegos
de Egipto de los siglos VI a I a.C. se transcriben en su forma clásica y
castellanizada; por ejemplo: Darío en lugar de Dariyahavush, Ptolomeo en lugar
de Ptolemaios o Marco Antonio en lugar de Marcus Antonius.
Los numerales romanos (como, por ejemplo, Thutmose I-IV o Ptolomeo I-
XV) son una convención moderna, utilizada para distinguir entre diferentes
reyes en la secuencia de los que compartieron un mismo nombre propio. En
realidad, a lo largo de casi toda la historia egipcia se hacía referencia a los reyes
principalmente por sus nombres de trono; unos nombres formulistas, a menudo
prolijos y en general poco familiares excepto para los egiptólogos.