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Un viaje a través del waṣl y el faṣl. Mujer y sexualidad en el pensamiento de Ibn ῾Arabī  93





               como el movimiento que permite que lo femenino y lo masculino se unan para producir una
               nueva creación.

               Además,  si  ref exionamos  sobre  los  distintos  pasajes  de  Ibn῾Arabī  aquí  seleccionados,  se
               podría deducir que la dualidad femenino/masculino impregna distintas esferas de existencia:
               ontológica, cosmológica y epistemológica. Subsecuentemente, sería lógico af rmar que la
               permeación de esta dicotomía indica que lo femenino y lo masculino pueden considerarse
               modos de ser más que arquetipos estáticos de relaciones de género. Esto signif ca que los
               seres pueden navegar de manera intercambiable de un modo a otro, independientemente
               del sexo actual con el que se identif can. En este sentido, Ibn ῾Arabī estaría presentando a sus
               lectores un concepto f uido de género que no depende de las diferencias biológicas, de hecho,
               desligaría el género de las particularidades biológicas y culturales que pudieran ahogarlo y
               afectar a su relación con el otro. La libertad para f uir de un sexo a otro no signif ca que no
               se esté enraizado en una identidad sexual originaria, femenina o masculina, porque si fuese
               así cada individuo no tendría necesidad del otro, y se rompería el círculo hermético de la
               creación. La necesidad y deseo que implica la economía del intercambio entre femenino
               y  masculino  existe  porque  este  intercambio  tiene  lugar  a  través  del  vehículo  del  amor.
               Pero profundicemos a continuación en el complejo tema del anhelo entre lo femenino y lo
               masculino. La motivación para unirse en la unidad orgánica de esa existencia primordial se
               obtiene a través de la relación sexual.








               EL DESEO DE UNIÓN EN EL PLANO DE LO EFÍMERO COMO ALUSIÓN AL
               PLANO DE LO ETERNO

               Dentro del expansivo espacio del deseo, lo femenino y lo masculino se buscan mutuamente
               con la f nalidad de unirse de todos los modos posibles y así poder revertir la sensación de
               alienación en la que se encuentran. Para sondear las razones subyacentes tras este sentimiento
               de alienación y separación, se debe comenzar por el principio –por el origen del hombre y la
               mujer- y observar el nacimiento del deseo en ese relato.

                      Entonces, Dios sacó de él [el hombre] un ser a su imagen llamado mujer y dado
                      que apareció con su misma imagen, el hombre sintió un profundo deseo hacia
                      ella, como algo que anhela su propio ser, mientras que ella lo anhela como se
                      anhela el lugar al que uno pertenece. Por ello, a él [el Profeta Muhammad] se
                      le hizo amar a las mujeres, pues Dios ama lo que ha creado según Su propia
                      forma y ante lo que hizo prosternarse a Sus ángeles a pesar del gran poder,
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